El grupo químico Corimon, la mayor empresa de pinturas de Venezuela, está al borde de la quiebra e inició una carrera contra-reloj para reestructurar deudas antes de su asamblea prevista para el día 29.
Corimon, casa matriz de Colorín (Argentina), General Paint (México) y Standard Brands (Estados Unidos), fue hasta comienzos de la década la empresa número 20 de Venezuela, con operaciones en los citados países y en Colombia y el Caribe.
Un informe de auditoría reveló que la corporación, con ventas netas de 113 millones de dólares en el ejercicio marzo 1995-marzo 1996, registró pérdidas por 128,7 millones de dólares, tras ganar sólo un millón de dólares el año precedente.
Las pincipales causas de las pérdidas fueron desinversiones en el exterior, por 60 millones de dólares, y costos originados en las devaluaciones que efectuó Venezuela, 63 millones.
El patrimonio se redujo 4,5 veces, de 143 millones a 31 millones de dólares, y los activos cayeron de 412 millones a 223 millones de dólares, usando como base de conversión la tasa cambiaria actual.
Para la caída de Corimon confluyeron varios factores, en el marco general de crisis recesiva con alta inflación y fuerte depreciación de la moneda que vive Venezuela desde 1993.
En medio de esa crisis, el grupo se expandió con compras de empresas que se revelaron poco rentables, como Colorín y sobre todo Standard Brands, mientras se endeudaba con créditos de la banca privada, de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y papeles del mercado financiero de Nueva York (ADRs).
Un golpe severo fue la devaluación de diciembre de 1995, de 170 a 290 bolívares por dólar, lo que encareció sus compromisos y la empujó a deshacerse de activos en el extranjero.
Corimon tiene deudas cercanas a 110 millones de dólares, de las cuales 70,5 millones de dólares están denominadas en divisas, y mantiene en 63/100 la relación deuda/activos.
En febrero, la empresa lanzó un programa de reestructuración que consiste en que cada acreedor capitalice un tercio de la deuda en forma de acciones preferidas y acepte reprogramar el pago del resto en un plazo de cuatro a siete años.
La CAF, brazo financiero de la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) y principal acreedor, aceptó la propuesta en mayo y capitalizará un tercio de los 22 millones de dólares que le debe Corimon, lo que la convierte en el mayor accionista individual del grupo químico.
Según el programa, en diciembre de 1997 la CAF podrá recuperar la titularidad de toda su deuda o quedar con 65 por ciento de acciones de Convepal, empresa empaquetadora del grupo.
La Unión de Bancos Suizos, segundo acreedor, y los bancos caraqueños Internacional y Venezuela, han rehuido el acuerdo, colocando suspenso sobre el éxito de la asamblea el día 29.
"Si no aceptan, se cae todo el plan, procederán las demandas, y los único ganadores serán los abogados", señaló Francisco Layrisse, desde febrero presidente del grupo.
Corimon entre tanto redujo de 70 a 45 sus centros de distribución en Venezuela, vendió la planta física de General Paint, busca un comprador para Colorín y aguarda la liquidación de Standard Brands por un tribunal de quiebra en California, Estados Unidos. (FIN/IPS/hm/ag/if/96