UGANDA: Sangriento ataque del LRA contra refugiados sudaneses

Los cuerpos de 72 refugiados sudaneses ya fueron enterrados en este poblado del norte de Uganda, pero el lugar donde acabaron con ellos el fin de semana pasado todavía estaba negro por la sangre coagulada este jueves.

Las moscas volaban por doquier y el olor de la carne podrida era casi sólido en el aire de este campo de refugiados en la frontera de Uganda con Sudán cuando IPS lo visitó.

El Ejército de Resistencia del Señor (LRA), un grupo rebelde ugandés, atacó Acholi Pii, en el distrito de Kitgum, donde viven miles de personas originarias del sur de Sudán que huyeron de la guerra civil que se registra en ese país desde 1983.

Entre 150 y 200 rebeldes, entre ellos numerosas niñas, atacaron tres veces el poblado, destrozaron 300 viviendas y mataron, al menos, a 108 personas. Hasta el jueves, cientos continuaban desaparecidos y no se sabía si estaban muertos, habían sido secuestrados o si huyeron fuera del poblado.

En una parte del campo, "los rebeldes tomaron hombres, mujeres y niños, les ordenaron que levantaran los brazos y les dispararon", dijo el encargado del lugar. El único sobreviviente del fusilamiento fue un bebé que quedó debajo del cuerpo de su madre.

En otras partes del pueblo, las víctimas fueron macheteados hasta morir. "Rompieron las cabezas de los niños contra un árbol. Estábamos paralizados por el miedo. No queremos quedarnos más aquí", dijo un refugiado.

Los habitantes del lugar enviaron una carta al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con el fin de solicitar el traslado a otra parte del país.

El grupo rebelde que atacó Acholi Pii surgió de los vestigios del Movimiento del Espíritu Santo, liderado por la "profetisa" Alice Lakwena, quien predicaba que las piedras arrojadas por los creyentes podrían explotar como granadas.

Después de que el ejército de Uganda acabó con la revuelta de Lakwena en 1987, algunos de sus seguidores se reagruparon en el LRA.

Los procedimientos de este grupo, conducido por el ex herborista Joseph Kony, quien se dice inspirado por el Espíritu Santo, son brutales. Sus milicias cortan las orejas, la nariz o los labios a las víctimas que no acaban asesinadas.

Versiones coincidentes de desertores del LRA señalan que Kony pretende tomar el poder en Uganda y gobernar a través de los diez mandamientos bíblicos.

La mayoría de los combatientes del LRA son niños secuestrados de sus hogares en el norte de Uganda, entrenados en campamentos en el sur de Sudán y obligados luego a regresar a su país para atacar a sus propios pueblos.

Militares ugandeses estiman que entre 1.200 y 2.000 integrantes del LRA están ahora en territorio del país tras cruzar la frontera desde Sudán. Unos 500 rebeldes, los cuales, se cree, son en su mayoría niños secuestrados a comienzos de año, ingresaron a Uganda la semana pasada.

El ataque contra Acholi Pii no tiene precedentes en los nueve años de historia del LRA. Hasta entonces, su brutalidad se manifestaba fundamentalmente contra otros ugandeses. Pero en esta ocasión, antes de asesinar a los refugiados, identificaron a sus compatriotas y los dejaron ir, según testigos.

"Nos dijeron que deberíamos irnos de aquí, que nos asesinaban porque habían sido acogidos por el gobierno de Sudán y que querían que volviéramos allí", dijo un refugiado.

Los militares ugandeses están convencidos de que los ataques fueron ordenados por el propio gobierno de Sudán, que, a su vez, acusa al de Uganda de respaldar al Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA).

Jartum asegura que los campos de refugiados en Uganda son, en realidad, bases de reclutamiento del SPLA.

"Eso no es verdad. Vine a Uganda porque no quería pelear. Si hubiera querido que me reclutaran, me habría quedado en Sudán", dijo un refugiado.

Aunque la acción contra Acholi Pii fue el primero efectuado por el LRA de este tipo, otro grupo ugandés, el Frente del Margen Occidental del Nilo (WNBK), ya había atacado campos de refugiados del noreste del país y al personal de organizaciones no gubernamentales que trabajan en ellos.

En junio, la mayoría de las organizaciones no gubernamentales y agencias de asistencia que operan en el área fueron obligadas a retirarse y reclamaron protección militar para regresar.

Uganda sostiene que también el WNBK recibe ayuda de Sudán, versión confirmada por prisioneros de guerra.

El ataque contra Acholi Pii, el peor desde la masacre de 250 personas en el distrito septentrional de Atiak en abril de 1995, tomó a los militares ugandeses por sorpresa.

A principios de mes, el gobierno había lanzado una ofensiva contra los rebeldes denominada "operación Norte Limpio", y, hasta la matanza del fin de semana, el ejército había destruido y ocupado las principales bases del LRA en el distrito de Gulu.

Pero las autoridades no consideraron al distrito de Kitgum, en la frontera con el territorio meridional sudanés controlado por el SPLA, estuviera amenazado.

El asesor de la presidencia de Uganda en asuntos del norte del país, general Salim Saleh, dijo esta semana que llamará a 5.000 veteranos para vigilar el área.

Saleh también anunció que, a menos que se le ordenara lo contrario, no consideraba la posibilidad de intentar el fin de la rebelión a través de conversaciones de paz. (FIN/IPS/tra- en/ab/kb/mj/ip pr/96

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