El nuevo gobierno de Turquía – encabezado por el islamista primer ministro Nemcettin Erbakan tras una histórica sesión parlamentaria que le invistió por estrecho margen- no logró borrar en el día de su instalación la incertidumbre reinante sobre el futuro de esta nación.
Pese a que Erbakan calificó el hecho como "una victoria de la democracia turca", aún se escuchan los ecos del debate de este lunes en el Parlamento, que puso los pelos de punta a los observadores y terminó con una votación de 278 a favor y 264 en contra del flamante gobierno.
La nueva coalición formada por el Partido del Bienestar (RP) y el Partido de la Vía Justa (DYP) debió abrirse camino en una muy difícil y alterada sesión en la que se produjo un trasiego de diputados desde el bando coaligado hacia la nueva oposición, y viceversa.
"Esta es una victoria de la democracia turca", dijo Erbakan al dirigirse a la Cámara después de ganar el voto de confianza que lo convirtió en primer ministro después de casi un siglo de gobiernos laicos en Turquía. Sólo un diputado se abstuvo de votar, mientras otros siete estuvieron ausentes.
"El gobierno debe un tributo a Tansu Ciller (la ex primer ministro y jefa del DYP), que ha demostrado tener el valor de coaligarse con el Partido del Bienestar", agregó Erbakan.
La anterior alianza de Ciller con el líder del Partido de la Madre Patria (ANAP), Mesut Yilmaz, había fracasado en su intento de lograr un voto de confianza.
Yilmaz no logró superar la exigencia de 276 votos -fijada por un fallo de la Corte Constitucional a pedido del propio Erbakan (mayoría absoluta de 550 diputados)- para que sea aprobada una petición de confianza.
Ese fracaso llevó a Ciller -presionada por acusaciones de corrupción y desesperada por evitar una investigación parlamentaria- a cerrar un pacto con Erbakan.
Hasta ese momento, Ciller había combatido duramente al RP, sosteniendo que este partido -el más votado en las elecciones celebradas este año- convertiría a Turquía en un Estado fundamentalista.
A partir de ahora, la tenaz dirigente se sentará junto al jefe del gobierno que contribuyó a instalar, como nueva ministro de Asuntos Exteriores.
No obstante, y a pesar de las afirmaciones de Erbakan en el sentido de que el voto de confianza termina con una prolongada crisis política, la mayoría de los analistas de Estambul creen que la instalación de este gobierno no hace sino abrir un nuevo período de insestabilidad e incertidumbre.
No es fácil de resolver la contradicción básica entre el programa electoral de Erbakan, en el que anunció una nueva política hacia los países islámicos, y el compromiso de la coalición de gobierno de mantener las actuales alianzas con Occidente.
"Tengo la certeza de que no habrá ningún cambio esencial en la política exterior", anotó la profesora Sule Kut, de la Universidad de Mármara. "La diplomacia turca pasa por tal estado de desorden que no podrá ser peor con Erbakan".
Kut juzgó además que Erbakan es bien conocido en Occidente y que "sus posiciones han sido estudiadas acabadamente".
La experta dudó de que el nuevo primer ministro se estrene con una visita a Siria, que tiene algunos problemas con Turquía. "Es probable que comience por Alemania, pero si no fuera demasiado incómodo para él, iría antes a Washington", dijo a IPS.
El veterano diplomático Sukru Elekdag, ex embajador en Washington, comentó que Erbakan "parece haber planificado con maestría sus estrategias básicas y sus tácticas efectivas, a fin de establecer un Estado islámico al cabo de su gestión".
"El mayor objetivo de su estrategia es establecer un gobierno monocolor del RP, por lo tanto, sus elogios actuales a Kemal Ataturk -el fundador de la república laica- y su compromiso con las alianzas de Turquía con Occidente no son más que parte de aquella estrategia".
"Tansu Ciller ayudó a formar el gobierno sabiendo todo esto, y de esa forma traicionó a los simpatizantes de su partido, que votaron por ella como defensora del secularismo", añadió.
Inmediatamente después de la formación de la coalición, los diputados del RP retiraron su apoyo a las comisiones parlamentarias de investigación que la Cámara había creado para indagar la "actividad empresarial" de Ciller.
La intelectual islamista Nezahat Bulac, pese a acoger con beneplácito la presencia islámica en el gobierno por primera vez desde la década del 70, expresó sus dudas de que el gabinete de Erbakan tenga larga vida.
"Se han coaligado dos polos opuestos", dijo Bulac. "Las cuestiones básicas, tales como la reestructuración de la economía y el conflicto con los kurdos, no podrán ser resueltas por este gobierno", afirmó a IPS.
"Los militares y el presidente Sulyman Demirel se limitarán a contar el tiempo que debe pasar para que se produzca el final de esta última alternativa salida del Parlamento, a fin de justificar las "medidas extraordinarias" que serán tomadas", auguró a IPS Erdal Kara, vicepresidente del Partido de la Libertad y la Solidaridad, de orientación socialista.
El dirigente opositor dijo que la celebración de nuevas elecciones bajo nuevas leyes electorales que permitan el ingreso de los partidos menores al Parlamento facilitarían una más amplia representación política y "una salida genuinamente democrática de la crisis". (FIN/IPS/tra-en/nm/rj/arl/ip/96