Educadores de Oregon en Estados Unidos se proponen rechazar una donación de 500.000 dólares de la gigante de zapatos deportivos Nike Corporation debido a la explotación del trabajo infantil y femenino a la cual se la vincula en Asia.
"Nike contribuyó con este dinero para que mis hijos tengan una mejor educación, ?pero a expensas de quién?", cuestionó Joseph Tam, miembro del Consejo Directivo de Escuelas del estado de Oregon.
Las escuelas necesitan con urgencia el dinero, pero informaciones sobre la forma en que mujeres y niños se ven obligados a trabajar por empresas subcontratadas de Nike en Indonesia y Pakistán cuestionaron la aceptación de la donación.
"No podemos dar a nuestros niños el mensaje de que están mejor que los niños de Pakistán, que cosen pelotas de fútbol para Nike por seis centavos de dólar la hora", dijo Tam al periódico local "The Oregonian".
El Consejo Directivo, que necesita unos 17 millones de dólares para mejorar la educación pública en Oregon, decidirá en las próximas dos semanas si rechazará el dinero de Nike.
Sindicalistas estadounidenses indicaron que el rechazo del "dinero sucio" de Nike ha intensificado la campaña nacional contra sus productos.
Jeff Bellinger, del grupo Press for Change (PFC), que organizó una serie de campañas de boicot a Nike, sostuvo que la mayoría de los subcontratados en Asia no pagan el salario mínimo, se oponen a la sindicalización de los trabajadores y los fuerzan a trabajar horas extra sin beneficios.
PFC afirma que la presión internacional para que Indonesia elevara el salario mínimo de 1,30 a 2,25 dólares en 1994 no impide que miles de trabajadores reciban un salario inferior. Las mujeres jóvenes sufren acoso sexual y abusos y son amenazadas y despedidas cuando buscan sindicalizarse.
"Cuando los trabajadores cometen errores o bajan su ritmo debido al agotamiento, son atacados verbalmente, y a veces físicamente", afirmó Bellinger, quien acusa a las autoridades indonesias de incumplir las existentes leyes laborales.
Muchos de los supervisores de las fábricas subcontratadas son oficiales militares retirados, y esta es una de las razones "por las cuales el sistema es tan brutal".
Nike ganó 3.500 millones de dólares en ventas en 1995, con ganancias netas de 350 millones de dólares, mientras un trabajador en Indonesia gana menos de dos dólares la hora.
Activistas indonesios afirman que un adulto necesita al menos 4,5 dólares por hora para satisfacer sus necesidades básicas.
Nike sostiene que cuenta con su propio código de conducta y sistema de supervisión que funciona correctamente en manos de la firma privada Ernst y Young, contratada a fines de 1994.
Pero los críticos no están de acuerdo.
Hace seis meses la organización católica con sede en Canadá Paz y Desarrollo se propuso para realizar la supervisión del "código de conducta" de Nike en las instalaciones de las empresas subcontratadas.
Tras ser rechazado, el grupo juntó 86.000 firmas para una petición urgiendo a Nike a reconsiderar la decisión. La única forma de detener los abusos, sostienen los activistas, es la supervisión realizada por grupos independientes indonesios de derechos humanos.
"Si Nike no tiene nada que ocultar, debería aceptar la supervisión con agrado", dijo Medea Benjamin, de Global Exchange, un grupo de investigación estadounidense. (FIN/IPS/tra-en/hr/yjc/lp/lb-ip/96