Las bombas de dispersión -explosivos que dispersan perdigones o metralla del tipo granada al impactar- son usadas indiscriminadamente en el sur de Sudán, de acuerdo con una organización no gubernamental (ONG) cristiana y otras fuentes del lugar donde se desarrolla esta larga guerra civil.
El gobierno fundamentalista islámico de Sudán está usando "bombas de dispersión para sembrar la muerte e infundir un terror duradero entre los civiles", denunció este miércoles en Nairobi, ante la prensa, Gunnan Wiebalck, miembro de Solidaridad Cristiana Internacional (CSI).
Estas bombas no destruyen construcciones civiles sino que dañan a los seres humanos, y por esa razón está prohibido su uso por las convenciones internacionales en materia de guerra. La CSI informó que actualmente en Sudán, las bombas de dispersión cobran víctimas entre hombres, mujeres y niños de forma indiscriminada.
Wiebalck dijo que el 17 de junio cayeron 12 bombas sobre la aldea de Chukudum -que se encuentra a 275 kilómetros al este de Juba, la mayor ciudad del sur, y cuenta con 5.500 habitantes- y que al menos la mitad de ellas fueron bombas de dispersión, aunque no hubo que lamentar muertes esta vez.
El representante de la CSI, que acaba de retornar del lugar de los hechos, entregó a los periodistas una declaración que contiene testimonios de personas que afirman haber estado en Chukudum cuando un avión de las Fuerzas Armadas sudanesas bombardeó la aldea.
Uno de los testimonios, del religioso católico Maurice Loguti, revela que "ya contamos 17 bombardeos del gobierno a nuestra aldea, desde agosto dd 1993. Muchas personas ya no se atreven a permanecer en la aldea y han huído a las montañas".
La guerra de guerrillas que hace 13 años comenzó en el sur del país el Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA) en demanda de una mayor autonomía para la población no musulmana que habita mayoritariamente la región -donde vive 35 por ciento de los 27 millones de sudaneses-, ya ha cobrado más de un millón de vidas.
La aldea de Chukudum está ubicada en la zona controlada por los rebeldes del SPLA.
Wiebalck, un misionero suizo, dijo que las bombas cayeron cerca de la escuela primaria, la iglesia católica y un hospital dirigido por la organización noruega People's Aid (NPA).
"Una de las bombas de dispersión cayó a sólo 500 metros de mi escuela, donde en ese momento había 475 niños", dice el testimonio del director de la escuela, Joseph Ahileng, incluido en el documento de la CSI.
El representante de la NPA en la aldea atestiguó que el hospital fue escogido como el blanco principal de los ataques.
"No tuvimos tiempo de evacuar a los pacientes recién operados. Las bombas no cayeron sobre el hospital por una diferencia de apenas 300 metros. Pero lo peor del caso es que la gente está muy asustada ahora. Ya no cultivan los campos donde cayeron las bombas", dice su relato.
El jefe local de las fuerzas rebeldes del SPLA, Kuol Deim Kuol, expresa en su testimonio que el gobierno pudo haber efectuado el bombardeo con la intención de entorpecer una conferencia de paz que reunió a todos los jefes tribales del área.
Wiebalck informó que la patrocinadora de la CSI, baronesa Cox – miembro de la Cámara de los Lores británica-, ha protestado por esta acción ante las autoridades sudanesas.
Por el contrario, un miembro de la embajada de Sudán en Nairobi, Alí Sadiq, negó en la misma conferencia de prensa que su gobierno haya bombardeado Chukudum.
"Quiero afirmar categóricamente que Sudán no posee bombas de dispersión", dijo el diplomático, pese a que Wiebalck había exhibido diapositivas que daban pruebas del bombardeo y distribuido fotos a los periodistas.
Pagan Amún, representante del SPLA en la capital de Kenia, dijo que las fuerzas rebeldes registraron 13 bombardeos del gobierno con bombas de dispersión, contra aldeas del sur de Sudán, entre el 13 de junio y el 13 de julio. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/arl/ip/96