En las comunidades del sur de Sudán, donde el casamiento de niñas con adultos era la norma, el sida logró dominar la tendencia y resultó más fuerte que los decretos del gobierno o las medidas educativas.
Las familias de muchachas jóvenes evitan, ahora, la práctica de casar sus hijas con hombres más viejos por temor a que ellas contraigan el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y marcara los hogares con un estigma difícil de borrar.
En el pasado, niñas de entre 12 y 15 años, y aun menores, se casaban a cambio de vacas, dinero u oro que pagaba a sus padres su marido, un hombre a quien, por lo general, conocían poco.
El promedio de diferencia de edad entre esposo y esposa es en Sudán a ocho años, de acuerdo con un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Población.
La incidencia del sida, mal frecuentemente rodeado de mitos y preconceptos, provocó en las comundades la creencia en que los casamientos precoces acercaría el síndrome a sus puertas e, incluso, lo introducirían en sus hogares.
En Sudán, como en la mayoría de los países africanos, el sida está en aumento. Informes oficiales estiman que existen 16.000 casos en esta nación de 28 millones de habitantes. Pero los funcionarios del sistema sanitario sostienen que esta cifra puede estar groseramente subestimada.
El síndrome se convirtió, entonces, en una traba para los otrora lucrativos casamientos precoces. La dote aumentaba, en los viejos tiempos, cuanto más delgada y elegante fuera la novia.
"Ahora, los que nunca fuimos a la escuela creemos que las chicas y muchachos flacos han desarrollado la 'mala enfermedad"', explicó Akol Akol, jefe de la etnia dinka, en el sur de Sudán.
"No alentamos a ninguna mujer ni a ningún hombre flacos a casarse. Los casamientos de jóvenes está bajando rápidamente", agregó.
Mucha gente cree que el sida es un mal de gente flaca, confirmó Santina Khamis, quien trabaja en el Centro de Salud Comboni, en Jartum.
"Algunas chicas y muchachos vienen a verme en privado y me pidan que les haga la prueba" que detecta los antivirus del sida en la sangre, pues piensan que, como son delgados, han contraído el síndrome, agregó.
El Comité Nacional de Sida del Ministerio de Salud exhortó a las comunidades del sur a crear grupos locales para prevenir el aumento de la incidencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), al que se atribuye el síndrome, y mejorar la educación.
Los estados de Bahr El Jebel, Equatoria Oriental y Equatoria Occidental son aquéllos donde el VIH atacó con más fuerza en el sur de Sudán, informaron las autoridades.
Los padres están nerviosos en torno al casamiento de sus hijas, pues advirtieron que la comunidad rechaza a las familias en las que un integrante sufre sida, dijo Peter Wani Leky, alto funcionario del gobierno.
Algunos grupos étnicos de Ecuatoria Oriental, en los campos de desplazados de Juba y en Jartum tomaron el asunto en sus manos y sus jefes tradicionales reclaman medidas urgentes.
Estos grupos crearon la Sociedad Kopera para colaborar con el gobierno en su lucha para prevenir el sida y educar a la población. Esta asociación también suministra asistencia a las familias donde golpeó el síndrome.
Los líderes tradicionales están a la vanguardia del trabajo de prevención y constantemente solicitan ayuda al gobierno.
"Los jefes de tribus nos piden apoyo financiero y entrenamiento en materia de prevención en su propio idioma", dijo Isam El Khidier, del Programa Nacional contra el Sida. (FIN/IPS/tra-en/pm/an/mj/he pr/96