La Alianza Nacional por la Democracia de Sudán acusó al régimen del presidente Omar Al Bashir de entregar niños negros como esclavos a países árabes a cambio de armas, imputación que el gobierno se apresuró a rechazar.
"La acusación de que vendemos cristianos del sur a Arabia Saudita y Libia no es verdad. Son rumores lanzados por Occidente para perjudicar nuestra imagen y convencer a las naciones negras de Africa de que continúen oponiéndose a nosotros", dijo el ministro de Información, Al Tayeb Ibrahim.
Sin embargo, la denuncia no fue efectuada por ningún país u organización occidental, sino por la Alianza, una coalición de políticos exiliados en El Cairo, Egipto.
Al mismo tiempo, un hombre negro aseguró a IPS que su hijo de dos años y tres parientes suyos más fueron reducidos a la esclavitud por milicias árabes.
La prensa egipcia informó que, según un portavoz del grupo opositor, la esclavitud es aún una práctica habitual en Sudán y que el gobierno había capturado entre 15.000 y 20.000 personas del sur del país para entregarlos a Libia a cambio de armas.
Al Tayeb Ibrahim reclamó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) el envío de investigadores de derechos humanos a Sudán para que establezcan si allí se registra tráfico de esclavos. "La esclavitud se practica en Occidente, no en Africa", alegó el ministro.
Sin embargo, el informante especial de ONU sobre derechos humanos en Sudán, Gaspar Biro, declaró en noviembre de 1995 que las noticias con respecto a capturas y tráfico de esclavos en el país africano registraron un aumento alarmante.
Biro afirmó que los niños secuestrados en el sur de Sudán y en las calles de poblados septentrionales eran usados como sirvientes sin paga, mientras las niñas se convertían en esposas o concubinas, fundamentalmente por soldados.
Al parecer, los secuestros comenzaron en el marco de la guerra que desde 1983 enfrenta al ejército de Sudán con rebeldes secesionistas del sur del país, poblado por negros cristianos o seguidores de religiones tradicionales africanas.
La población del norte es mayoritariamente musulmán y árabe o mestiza. Las milicias árabes aliadas con el ejército, especialmente a lo largo de la "frontera" entre el norte y el sur, fueron acusadas en muchas ocasiones por organizaciones de derechos humanos de captura y venta de esclavos negros.
Al Tayeb proclamó la inocencia de su gobierno, pero admitió que algunas personas pueden estar comerciando esclavos y aseguró que un comité estatal investiga los informes en ese sentido.
Adour Kot, un desplazado perteneciente a la etnia dinka cuyo hijo fue secuestrado en Sudán occidental por integrantes de la tribu árabe Marelein, comentó más tarde a IPS que no creía en la seriedad de las declaraciones del gobierno.
"Mi hijo, que ahora tiene dos años, fue llevado a Libia, de acuerdo con la información que recogí", afirmó Kot.
El denunciante sostuvo que conoce al hombre que capturó al niño y que contaba con evidencia pronta para ser presentada. "Mi esposa y yo acusamos a esa persona, pero no lo arrestaron ni lo llamaron a los tribunales", se lamentó.
Kot dijo que tres parientes suyos más fueron secuestrados por árabes marelein y que las autoridades no arrestaron a ninguno de los querellados por estas causas.
Adour, como muchos otros dinkas, cree que policías del occidente del país están involucrados en tráfico de esclavos, pues evitaron dar curso a las numerosas denuncias por secuestros presuntamente efectuados por milicias árabes en poblados negros.
El gobierno de Sudán parece más preocupado por el daño que le provocan las acusaciones a su imagen internacional que por la confirmación de las numerosas denuncias.
El ministro de Relaciones Exteriores, Mustafa Osman Ismail, exhortó este jueves a los periodistas a respaldar al gobierno, pues el Consejo de Seguridad de la ONU estaba buscando motivos para sancionar a Sudán.
La ONU dispuso sanciones limitadas contra Jartum hace tres meses para obligar al gobierno de Omar Al Bashir a extraditar tres sospechosos de intento de asesinato contra el presidente de Egipto, Hosni Mubaraq, en junio de 1995.
Osman Ismail sostuvo que los informes sobre esclavitud son "sesgados" y "circulan en algunos medios de comunicación internacionales que tienen intenciones ulteriores".(FIN/IPS/tra- en/nb/kb/mj/ip hd pr/96