SRI LANKA: La guerra no cesa pese a analogías con Vietnam

Fue en el rincón de Sri Lanka que los soldados apodaron "Vietnam", porque la selva era más densa y la lucha más encarnizada que en cualquier otra parte de la isla, donde el ejército indio dijo basta y se retiró.

Tras meses de constantes pérdidas y sin avanzar un metro de terreno contra los separatistas Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), en junio de 1988 la llamada fuerza de paz india comenzó a retirarse desde el vecino puerto de Trincomalee.

Mientras retrocedía, su retaguardia debió combatir intensamente a través de "Vietnam", la jungla en torno a la base militar avanzada de Mullaitivu, para hacer que su evacuación pudiera ser descripta como un "repliegue" y no una "retirada".

"Mullaitivu, no será nuestro Dien Bien Phu", dijo entonces un oficial indio de paracaidistas. Fue otra referencia a Vietnam, más específicamente a la base militar fortificada cuya caída en los años '50 simbolizó la derrota del ejército colonial francés contra los rebeldes Viet Minh.

Dien Bien Phu capituló en mayo de 1954 tras una encarnizada batalla y meses de vanos intentos para romper el cerco. Miles de franceses y soldados de la Legión Extranjera resultaron muertos, heridos o capturados. Fue un momento crucial en la historia francesa de postguerra y un gran día para los Viet Minh.

Los franceses aceptaron el hecho que Vietnam ya no les pertenecía y se marcharon lo más ordenadamente que pudieron.

Lo que sucede en Sri Lanka está lejos de parecerse a Vietnam, una guerra que causó entre 1962 y 1975 dos millones de muertos y sacudió la conciencia de todo el mundo. Hasta ahora perecieron 50.000 personas en el inconcluso conflicto srilankés, que este martes cumplió 13 años, contra la feroz tenacidad de los LTTE.

La intervención y derrota estadounidense en Vietnam fue seguida paso a paso por la prensa internacional. En 1996, no hay medios cubriendo la lucha en Mullaitivu, porque los periodistas fueron bloqueados por la selva en el norte y las autoridades en el sur.

Mientras los combates recrudecen por enésima vez en el área, se habla nuevamente de la analogía con Vietnam, y se dice que Mullaitivu es el Dien Bien Phu srilankés.

Si bien se desconocen muchos pormenores de lo que sucede en Mullaitivu, un vocero de los LTTE en Londres declaró que los guerrilleros abatieron a 1.208 soldados gubernamentales, un número cercano a la totalidad de la guarnición sitiada. Los Tigres admitieron 241 bajas, incluídas 68 combatientes mujeres.

Colombo se mostró más cauto pero el viceministro de Defensa, Anurudha Ratwatte, reconoció que la moral de los LTTE era "muy alta". No obstante, existen evidencias que las bajas sobrepasaron los 750 soldados caídos en un solo asalto en 1993, lo cual significaria la peor derrota gubernamental en toda la guerra.

Ratwatte, quien lideró el ejército en lo que prematuramente fue descripta como una victoria "decisiva" contra los Tamil en la península septentrional de Jaffna, rehusó dar cifras. "No podemos hablar de números a la ligera. No fue un partido de cricket…".

La realidad le dió la razón, resultó un desastre militar. Según algunas informaciones, solo 15 soldados escaparon indemnes al ataque de los LTTE y lograron llegar a la histórica población de Anuradhapura, un antiguo y lujoso centro turístico, tras marchar tres días en la selva sin agua, víveres y municiones.

Este décimotercer aniversario marca la fecha en que un comando de los LTTE emboscó y mató a 13 soldados gubernamentales, desatando una ola de represalias por parte de la mayoría singalí contra miembros de la minoría Tamil.

Cientos de personas perecieron en los motines que estallaron entre el 24 y 27 de julio de 1983, lo cual llevó a los 2,5 millones de Tamil en la isla a dar su apoyo a lo que en un principio fue un reducido grupo guerrillero provisto de armas ligeras.

Desde entonces, los LTTE se transformaron en una temible maquinaria de combate que logró desembarazarse del ejército indio, el cuarto por dimensiones en el mundo, y ha venido causando un revés tras otro a las fuerzas gubernamentales. Además, se cree que mató al primer ministro indio Rajiv Ghandi, que había ordenado la intervención de las tropas de su país en la isla.

Docenas de veces las fuerzas gubernamentales se echaron sobre la espalda mochilas de fabricación francesa, cargaron y dispararon fusiles indios o pistolas belgas, sintonizaron radios de campaña de orígen israelí para llamar a aviones producidos en Gran Bretaña y hostigar blancos detectados con instrumental estadounidense.

Al mismo tiempo, cañones ligeros de fabricación sueca hostigaron las posiciones Tamil.

Sin embargo, otras tantas docenas de veces los guerrilleros se esfumaron en la selva y poco despues contratacaron con efectos devastadores.

La presidenta Chandrika Bandaranaike Kumaratunga ha retornado de un viaje al exterior para "supervisar personalmente la lucha". Las últimas versiones afirman que no hay opción porque los LTTE rechazaron las propuestas oficiales que solo sirvieron para erosionar el apoyo de la derecha singalí a Bandaranaike.

Aquí es donde no hay lugar a una analogía con Dien Bien Phu. En 1954, cuando el general francés Christian de Castries capituló, se contaron 2.000 muertos y 7.000 desaparecidos o heridos tras 55 días de lucha ininterrumpida.

Sin embargo, el mismo día, 8 de mayo de 1954, en Ginebra, el ex primer ministro de Vietnam unido, Pham Van Dong, pudo mirar al canciller francés Gorge Bidault al otro lado de la mesa y escuchar la admisión de la derrota.

En los 74 días de negociaciones que siguieron, los franceses reconocieron al gobierno comunista y la culminación de 150 años de dominación colonial en Vietnam.

No hay negociaciones con los LTTE planeadas o previstas. Sri Lanka no es una potencia colonial. El territorio en discusión fue aceptado por singalíes y Tamil como parte de un estado independiente en 1948

Los LTTE entablaron luego la lucha armada por una patria independiente en el norte y el este de la isla porque la minoría Tamil se sintió discriminada por parte de la mayoría singalí, que controla el gobierno y el ejército del país.

No hay señales que los dos bandos puedan poner término a la guerra civil en Sri Lanka. La exagerada ayuda militar extranjera a Colombo no ha cesado, mientras los mercantes de armas continúan aprovechando de la situación y abasteciendo a los separatistas.

Previsiblemente, solo es dable esperar más batallas y muertos. Vietnam tuvo un final pero Sri Lanka, no. (FIN/IPS/tra- en/dp/an/cpg/rj/ego/ip).

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