El ex primer ministro de Singapur, Lee Kuan Yew, ganó gran prestigio por el éxito económico de su país, pero activistas prodemocráticos le dieron pocos puntos en análisis político tras sus opiniones en favor del régimen militar birmano.
En declaraciones recientes que tuvieron gran difusión, Lee dijo que el ejército birmano era la única institución "capaz de mantener estable el país y evitar una guerra civil". Lee cuestionó la idoneidad para gobernar de la líder opositora Aung San Suu Kyi "si es que alguna vez llega al poder…".
Agregó que los disidentes birmanos deberían "afrontar la realidad de la conducción militar y colaborar con el régimen".
Desde entonces, aparte de enviar cientos de cartas airadas a los diarios en el Sudeste de Asia, los activistas birmanos han montado protestas ante las embajadas de Singapur en la región y quemado efigies de Lee, ahora una suerte de super ministro más antiguo.
"Lee Huan Lew es libre de tener sus convicciones políticas pero no puede insultar al pueblo birmano cuestionando su capacidad para determinar su propio futuro", declaró Zaw Min, líder del Frente Democrático de Todos los Estudiantes Birmanos (ABSDF), en Bangkok.
La Liga Nacional por la Democracia (NLD) que encabeza Suu Kyi fue más diplomatica, y un dirigente dijo en Rangún que "Lee es listo pero no siempre está en lo cierto".
Aguijoneados por las críticas, los funcionarios de relaciones públicas de Lee dieron explicaciones en una carta dirigida a un diario tailandés, en la cual trazaron un paralelo entre la situación birmana y la reciente historia camboyana.
Según Yeong Yoon Ying, secretario de prensa de Lee, las elecciones en Camboya de 1993, patrocinadas por la ONU, fracasaron y fueron un ejemplo negativo para Birmania.
Afirmando que Lee "respeta y admira" el patriotismo de los estudiantes y activistas demócratas, la carta, publicada en el diario "La Nación", sorpresivamente les pidió que buscaran ayuda de Tailandia para montar una fuerza de resistencia "que podría ser el núcleo de un futuro nuevo ejército birmano".
La carta provocó fuertes protestas del gobierno camboyano, mientras los activistas afirmaron que solo reflejaba "la ignorancia de Lee respecto a Birmania".
Thinakorn Kanasuta, vocero de la cancillería tailandesa, tambien piensa que es necesario dejar aclarado que Bangkok podría querer prestar apoyo militar a los activistas contra el régimen de Rangún.
Una de las razones por las cuales las expresiones de Lee suscitaron reacciones tan ásperas es que Singapur está profundamente involucrado, en materia económica, con el régimen militar birmano.
Desde la apertura de la economía birmana en 1991, Singapur ha emergido como el mayor inversor extranjero del Sudeste Asiático en ese país, y el segundo en importancia en el mundo.
Hasta septiembre de 1995, las inversiones de Singapur en Birmania oscilaban en los 548 millones de dólares, segundo solo al ex poder colonial británico que posee inversiones por 643 millones de dólares.
Con inversiones que van desde el comercio de productos básicos al turismo, Singapur es visto por los activistas prodemocráticos como muy interesado en mantener en el poder a la junta militar.
"Dirigentes políticos de Singapur ven las demandas de los activistas referidas a cambios en Birmania como una amenaza a sus intereses económicos", apuntó un disidente.
El pequeño estado insular, junto con Malasia e Indonesia, tambien es considerado responsable de acercar a Birmania a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), como parte parte de la política de "compromiso constructivo" elaborada por los siete miembros del grupo regional.
Por otra parte, la controversia sobre los dichos de Lee se produce en un momento en que Birmania parece estar segura que será bienvenida bajo el ala de la ASEAN. Representantes de la junta militar están actualmente en Jakarta y realizarán este fin de semana discusiones conjuntas sobre seguridad bajo el Foro Regional de ASEAN, que ya tiene tres años.
No obstante, un nuevo paso hacia la integración birmana en la ASEAN es explicada por los líderes del grupo como necesaria para "la estabilidad en la región".
Aparte de su obvio interés por las ricos e inexplorados recursos naturales birmanos, los gobiernos de la ASEAN tambien tienen motivos políticos para apoyar a su régimen militar, apuntaron analistas políticos.
Con muchos de los países de ASEAN están gobernados por regímenes semiautoritarios que suprimen el disenso político, ven el posible establecimiento de un gobierno democrático en Birmania como una amenaza a sus propios poderes.
Mientras la mayoría de los gobiernos de la ASEAN prefiere ser más diplomática acerca de su tácito apoyo al régimen birmano, Lee, confinado en el pasado para justificar su propia gestión autoritaria como primer ministro de la floreciente Singapur, aparentemente decidió ahora hacer su último aporte político a la región pese a que levantó un vendaval de protestas. (FIN/IPS/tra- en/tg/cpg/ego/ip).
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