RUSIA: Caza furtiva diezma población de tigres en Oriente Lejano

Un grupo de cazadores furtivos mató la semana pasada a una tigresa y su cachorro de un año en el lejano oriente de Rusia. Pertenecían a la variedad siberiana ussuri, y no quedan más de 200 con vida.

Este fue el segundo incidente de la misma naturaleza en el plazo de una semana. Unos días antes, un leopardo hembra fue blanco de un tiro dentro mismo de su jaula, en la reserva natural de Tigrovaya, poco antes ser enviada al Zoológico de Moscú.

Los leopardos son aun más difíciles de hallar en la región, donde se cree que sólo queden 20 ejemplares. En este caso el cazador fue arrestado y obligado a pagar una multa equivalente a 7.800 dólares.

Se cree, sin embargo, que la multa no significa nada para las bandas internacionales que están detrás de estas muertes.

"En mi opinión los cazadores furtivos nacionales son manipulados por los grupos internacionales que se dedican a este comercio prohibido", dijo Dmitry Pikunov, experto en el estudio de los tigres ussuri.

"Algunos miembros del grupo pro-conservación de los tigres han descubierto en muchas ocasiones los intentos que hacen los comerciantes chinos y coreanos por entrar en contacto con cazadores furtivos locales", explicó.

"Las pieles, los huesos y otras partes del animal -que pueden ser utilizados con propósitos medicinales- son sacados de contrabando al extranjero, tanto por tierra como por mar. Se cree que uno de cada 20 barcos lleva contrabando de ese tipo".

Como parte de un proyecto ruso-estadounidense para la creación de un Sistema Racional de Utilización de la Naturaleza en el Lejano Oriente Ruso, se está realizando un censo de tigres en la región, financiado por Estados Unidos.

El proyecto se encuadra en el llamado acuerdo Chernomyrdin-Gore sobre cooperación ambiental, firmado por el viceprimer ministro ruso y el vicepresidente de Estados Unidos, Viktor Chernomyrdin y Albert Gore, respectivamente.

El censo es coordinado por los guardianes y cazadores de Jabarovsk y los Territorios Marítimos, a fin de proporcionar una información precisa sobre la población de tigres, que se entiende ha sido diezmada de forma violenta en los últimos años.

Las estimaciones de esa población en el Territorio de Jabarovsk no superan el número de 60 tigres. La variedad ussuri tiene cierta protección en la reserva natural de Primorye, pero la vigilancia ya no es la adecuada para detener a los crecientes y bien organizados cazadores furtivos.

Las medidas conservacionistas tomadas en el pasado por las autoridades soviéticas tuvieron mucho éxito. El tigre fue declarado una especie en peligro de extinción después de la Segunda Guerra Mundial, creándose la reserva natural.

Del lado chino de la frontera, en cambio, donde no se tomaron medidas de conservación, la población de tigres continuó cayendo y no supera ahora la cantidad de 30 ejemplares.

Los expertos estimaron que una población de 430 tigres necesita unos 300.000 ejemplares de otros animales como presas para su sobrevivencia, pero sólo existía una quinta parte de esa cantidad en la región.

Todo volvió a cambiar, sin embargo, después del colapso de la Unión Soviética y la pérdida del control de ese tema por el gobierno central ruso. Ahora la caza furtiva de tigres se ha convertido en gran negocio.

Un embarque de 500 kilogramos de huesos de tigre fue capturado en Harbin (China) en 1993, lo cual se estima que representa los restos de 20 o más ejemplares. La piel de los tigres va de forma primordial a Japón, donde se comercializan a cambio de coches de segunda mano. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/arl/en/96

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