RUANDA: FAO pide ayuda de emergencia para 600.000 personas

Ruanda, escenario hace dos años de uno de los mayores genocidios de este siglo, requiere ayuda alimentaria de emergencia para 600.000 personas, nueve por ciento de la población, comunicó hoy la Organizacion de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacion (FAO).

La producción de alimentos de Ruanda aumentará este año 15 por ciento, pero es todavía inferior en 23 por ciento al nivel logrado en 1990, según un informe de FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

El estudio, elaborado en Ruanda entre el 7 y el 15 de junio, señaló que el incremento de las cosechas se debe a la ampliación de la zona cultivada como consecuencia de la reincorporación de refugiados a las tareas agrícolas.

También influyeron la mejora de las condiciones de seguridad y la ayuda de la comunidad internacional con semillas y utensilios agrícolas. El rendimiento de los cultivos aumentó debido a las buenas lluvias y a la baja incidencia de plagas, se consignó en el informe.

Pero la recuperación "de rendimientos normales, o al menos de los que se conseguían en 1990, está limitado por una serie de factores ajenos" a los factores climáticos.

Entre esos obstáculos se cuenta la insuficiencia, cuando no la ausencia, del suministro de semillas de alta calidad y de materiales para el cultivo de yuca (mandioca), maíz y soja, y la falta y alto costo de plaguicidas.

Ruanda necesita de manera prioritaria semillas de yuca, batatas, legumbres y maíz, y fertilizantes minerales y plaguicidas a un costo razonable, advirtieron FAO y el PMA.

La ayuda internacional también será importante para la rehabilitación de la ganadería y del cultivo de té y café, agregaron las dos agencias.

Según el estudio, la producción de cereales y legumbres presentará este año un déficit de 127.000 toneladas. Dado que las importaciones comerciales alcanzarán a 44.000 toneladas, las necesidades de ayuda alimentaria se sitúan en unas 83.000 toneladas.

Alrededor de 43 por ciento de la ayuda alimentaria se distribuye entre las personas que participan en programas de emergencia para la reconstrucción de viviendas y la rehabilitación del sector agricola y de la infraestructura rural, se expresó en el informe.

El movimiento insurreccional que comenzó en 1990 dio lugar en abril de 1994 a una guerra civil y a la matanza de casi un millón de personas, entre tutsis y hutus moderados, perpetrada por el ejército y las milicias hutus.

La guerra finalizó en julio de ese mismo año con el triunfo del insurgente Frente Patriótico Ruandés, que está controlado por la minoría tutsi. (FIN/IPS/jp/ff/dv/96)

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