Los ciudadanos de Estados Unidos deberían cuidar sus espaldas pero no solo en Arabia Saudita, donde un coche- bomba mató a 19 militares de esa nacionalidad el 25 de junio. También se verán obligados a hacerlo en Ruanda.
La organización Pueblo en Armas para la Liberación de Ruanda (PALIR), que nuclea a extremistas hutu, emitió un comunicado un día después del atentado en la localidad saudita de Dahran en el que ofrece recompensas de 1.000 dólares o más a cualquiera que asesine a estadounidenses residentes en el país africano.
El PALIR llamó a "combatir los vampiros que tomaron el control" de Ruanda, con la evidente intención de auyentar a los estadounidenses que están allí para colaborar en la reconstrucción del país después del genocidio de 1994.
"Para comenzar nuestra lucha con el pie derecho, debemos atacar a cualquier persona o entidad que contribuya con la consolidación del poder del Frente Patriótico Ruandés (RPF)", declaró el grupo.
El RPF es la antigua organización rebelde que conquistó en julio de 1994 el poder en Ruanda, hasta entonces detentado por un régimen extremista. Durante los tres meses de gobierno hutu, 500.000 personas, en su mayoría de la etnia tutsi, fueron masacradas.
La victoria del RPF provocó la huida a países vecinos como Zaire, Tanzania y Kenia de los integrantes del régimen detentado por el antiguo ejército ruandés y las milicias Interhamwe, que perpetraron muchas de las matanzas registradas entre abril y junio de 1994.
En esos países, soldados y milicianos se reagruparon en varios grupos, de los cuales el PALIR es el más reciente.
Esta organización ofreció una recompensa de 1.500 dólares por el asesinato del embajador de Estados Unidos en Ruanda y otra de 1.000 dólares por la muerte de cualquier ciudadano del país norteamericano. "Abátanlos, no tengan miedo", exhortó PALIR en su declaración.
"Consideramos estas amenazas con seriedad. Estamos en contacto con organismos de seguridad del gobierno de Ruanda y hemos aconsejado a todos nuestros conciudadanos en este país y en la región que sean cuidadosos", dijo a IPS Peter Whaley, de la embajada de Estados Unidos en Kigali.
"Sabemos que el terrorismo existe. Miren lo que sucedió en Dharan. La amenaza del Palir está dirigida a intimidar. Mientras sepamos de su existencia y seamos precavidos, continuaremos con nuestras actividades diarias", declaró este viernes la embajada en un comunicado oficial.
La advertencia del grupo extremista es, evidentemente, una reacción al respaldo de Estados Unidos al gobierno encabezado por el RPF en los pasados dos años.
El comunicado del PALIR fue difundido unas dos semanas después de una reunión celebrada en Génova de representantes de países que contribuyen con dinero a la reconstrucción de Ruanda, a la que asistió Richard McCall, jefe de la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID).
Al tiempo que propuso y obtuvo nuevos desembolsos para el país africano, McCall condenó el asesinato de sobrevivientes del genocidio a manos de grupos armados vinculados a núcleos de hutus en el exilio, especialmente Retorno de los Refugiados y la Democracia en Ruanda (RDR), activo en Zaire.
El RDR y Fuerzas de Resistencia por la Democracia (FDR) se originaron poco después del éxodo de 1994, mientras el PALIR es de reciente formación.
Este grupo "reúne a todos las organizaciones y personas extremistas de origen hutu que procuran desesperadamente trabar el proceso de reconciliación en el que nos hemos comprometido", dijo a IPS un alto funcionario de la presidencia de Ruanda.
El vocero del ejército de Ruanda Emanuel Ndahiro declaró a IPS que "el PALIR es un seudónimo que adoptaron criminales y genocidas en Zaire que se presentan a sí mismos bajo una nueva denominación política con el objetivo de obtener reconocimiento internacional".
El gobierno de Ruanda aseguró a la embajada de Estados Unidos que no permitirá la concreción de ningún ataque contra un ciudadano de ese país o sus propiedades, dijo Ndahiro.
"Las amenazas contra los estadounidenses son vacías", agregó, al tiempo que atribuyó el comunicado del PALIR a la aprobación en Génova de 617 millones de dólares en contribuciones al programa de recuperación del país.
Según Ndahiro, grupos de hutus en Zaire y Kenia declararon que poseían bases en el suroeste de Ruanda para que la comunidad internacional no prestara atención a la reunión en Génova.
"Eso no funcionó, y ahora intentan desesperadamente amenazar a los amigos de Ruanda", sostuvo. (FIN/IPS/tra- en/jbk/bk/kb/mj/ip/96