Mientras los analistas aseguran que la derrota del oficialismo en la elección municipal del domingo en la capital de Argentina respondió a una demanda ética, el gubernamental Partido Justicialista (PJ) acusó hoy a la gestión económica y pidió la renuncia del ministro Domingo Cavallo.
"El mensaje de la ciudadanía indica que se reclama un cambio en la política económica y, en mi opinión, si el ministro (de Economía) no está dispuesto a hacer esos cambios, se tiene que ir", interpretó este martes el senador justicialista Eduardo Vaca, presidente del partido en la capital argentina.
De esta manera juzgó el oficialismo de la capital la derrota de su candidato en los comicios del domingo para intendente de Buenos Aires, en las que triunfó el senador Fernando De La Rúa, de la opositora Unión Cívica Radical, con 39,8 por ciento de los votos.
El segundo más votado fue otro opositor, Norberto La Porta, del Frente País Solidario, con 26,5 por ciento, y tercero salió el actual intendente designado por el presidente Carlos Menem, Jorge Domínguez, con apenas 18,6 por ciento de los respaldos.
Cavallo se encuentra en Canadá, pero su vocero José Fernández Valoni, defendió a su jefe y dijo que los ciudadanos de Buenos Aires "castigaron a quienes creyeron que tenían que sancionar porque sabían que el modelo económico no estaba en juego".
Para Vaca, en cambio, "sería una gran miopía no ver lo que está reclamando la gente". El dirigente del PJ de la capital anticipó que este jueves planteará ante el Consejo Nacional de su partido que el ministro cambie la política económica o se vaya.
El senador Antonio Cafiero, otro dirigente del justicialismo, advirtió que su partido "está pagando el costo del desencanto de la gente ante las consecuencias sociales del modelo económico".
"La gente está de acuerdo con la estabilidad, pero la mayoría, sobre todo los trabajadores, los jubilados, las amas de casa, tienen dificultades para llevar una vida digna", admitió el legislador.
La llamada "ala política" del gobierno considera que el índice de desocupación de mayo -17,1 por ciento-, difundido 48 horas antes del comicio, contribuyó a la derrota.
Pero también los escándalos de corrupción en áreas del Ministerio de Economía como la Aduana, la Dirección General Impositiva o el Banco Nación.
El propio Menem remarcó este lunes que los focos de corrupción están bajo la órbita de ese ministerio, aunque luego se apuró a defender a Cavallo y a asegurar que el ministro tiene su confianza y que no piensa relevarlo.
"Creer que la derrota (en Buenos Aires) se debe a factores puntuales como el 17 por ciento de desocupación, el carácter opositor de los porteños o la personalidad del candidato, es hacer una pésima lectura de los resultados", estimó este lunes en su editorial de tapa el matutino económico El Cronista.
"Cuando el primer atributo que privilegiaron los votantes es la honestidad de los candidatos, el mensaje es que existe un estilo de hacer política que debe ser modificado. Es una cuestión ética que no se resuelve con estabilidad ni con pavimento", ironizó.
Por su parte el analista Rosendo Fraga, explicó que el electorado de Buenos Aires "prioriza los valores ético-políticos y las formas institucionales", y consideró que esa es una de las causas del resultado adverso para el gobierno.
No obstane, importantes sectores del oficialismo estaban esperando una excusa para retomar la ofensiva contra Cavallo, sobre quien tienen apuntados sus cañones casi desde 1995.
En ese año el índice de desempleo no cesó de aumentar y los efectos de la crisis mexicana transformaron el crecimiento en recesión.
Además, Cavallo está identificado con grupos del justicialismo que quisieran ver al ministro como candidato a presidente o vice en 1999.
El ministro eligió este martes, día del cumpleaños de Menem, como la fecha indicada para reunirse en Canadá con el ex cantante y ex gobernador de la provincia de Tucumán Ramón "Palito" Ortega, que se propone como candidato por el justicialismo para las presidenciales de 1999.
Tampoco fue ajeno al ministro el resultado conseguido por el cuarto en la contienda electoral, el ex ministro del Interior de Menem Gustavo Béliz, quien consiguió 13 por ciento de los respaldos con una fuerza que creó hace apenas cuatro meses cuando abandonó el partido de gobierno con un portazo, hastiado de la corrupción.
Béliz, considerado un traidor por el Justicialismo, tiene planes de seguir creciendo junto a dirigentes como Cavallo, Ortega y también José Octavio Bordón, proveniente del Frepaso y segundo en las presidenciales de 1995, cuando fue reelecto Menem. (FIN/IPS/mv/dg/ip/96
