PANAMA: Dinero sucio en campaña electoral aleja inversiones

El escándalo del "dinero sucio" en la campaña electoral del presidente panameño Ernesto Pérez Balladares tendrá graves repercusiones en la economía y la inversión extranjera, advirtieron dos dirigentes políticos y un empresario.

El caso surgió a finales de junio, cuando el presidente admitió – tras una negativa inicial- que una compañía del narcotraficante colombiano José Castrillón Henao donó 51.000 dólares para el financiamiento de su campaña electoral de 1994.

Posteriormente, el diario estadounidense The Miami Herald reveló que Pérez Balladares también se benefició de otra donación, de 560.000 dólares, del empresario alemán Friederich Specht, condenado en 1989 a cinco años de prisión en Estados Unidos por el delito de estafa.

Pérez Balladares reconoció que, en efecto, recibió ese dinero de Specht, pero aseguró que su procedencia fue investigada y se determinó que no procedía del narcotráfico u otros negocios ilícitos.

El ex presidente Guillermo Endara (1989-1994) advirtió que Pérez Balladares debe explicar sobre qué bases o compromisos recibió esa elevada suma de un extranjero con esos antecedentes.

Endara señaló que los aportes de Specht y Castrillón Henao ya adquirieron notoriedad en el extranjero "y da la impresión que estamos viviendo en un mundo de malandrines, lo que es malo para Panamá. Por eso, es urgente que esto se aclare en la mayor brevedad posible, diciendo la verdad".

"Se puede justificar que Pérez Balladares no se percatara de los 51.000 dólares que recibió de una empresa de Castrillón Henao" cuando éste todavía no estaba detenido ni acusado de narcotraficante, "pero 500.000 dólares es demasiado", subrayó Endara.

La donación de Specht, quien en épocas del general Manuel Noriega, derrocado en 1989, fue cónsul honorario de Panamá en varios países europeos, equivale a la quinta parte del dinero invertido por Pérez Balladares en su campaña electoral.

El presidente de la Asociación de Propietarios de Inmuebles de Panamá (API), Darío Carrillo, señaló por su parte que desde que estalló el escandalo de los cheques de Castrillón Henao y de la donación de Specht, "el negocio de bienes raices ha descendido en un 30 por ciento".

Luego de indicar que la presencia de dinero sucio en las elecciones "puede crear aprehensión en el inversionista extranjero", Carrillo observó que "tan malo es el dinero que viene del narcotráfico" como el que tiene origen en la apropiación de bienes ajenos mediante "falsedades y otros delitos".

Explicó que abogados argentinos que lo habían contactado para invertir en la zona libre internacional de Colón, en el Caribe de Panamá, "suspendieron los trámites" al conocer "la situación de los narcocheques" en la campaña electoral de Pérez Balladares.

Además de los 51.000 dólares infiltrados en las finanzas electorales del actual presidente, una compañía pesquera local vinculada a Castrillón Henao entregó un cheque por 2.000 dólares para la campaña electoral del opositor Partido Renovación Civilista.

Mientras, la denuncia de que una empresa acusada de "lavado" de dólares de la droga contribuyó con 5.000 dólares para apoyar la elección como diputado del actual procurador José Sossa, se basó en pruebas falsificadas, que una fuente no identificada entregó al diario La Prensa.

Por este caso fue detenido el abogado César Guardia -uno de los defensores de Castrillón Henao- a quien se acusó de simulación de hecho punible (delito) contra Sossa, pese a que los periodistas que elaboraron la noticia se negaron a revelar la identidad de su fuente.

Carrillo consideró "vergonzoso" que "actitudes locales" puedan afectar el flujo de inversiones a Panamá.

Rubén Darío Carles, ex contralor y aspirante a la presidencia por Renovación Civilista y otros partidos de oposición, destacó que los escándalos "destruyen, hacen daño, producen inestabilidad y (crean) dudas y desconfianza".

Carles indicó que "se perderá la credibilidad y se alejarán las inversiones, tanto nacionales como extranjeras", si las autoridades no sancionan y aclaran las dudas sembradas por las donaciones de Castrillón Henao y Specht

Endara, Carrillo y Carles formularon sus advertencias cuando se debilita el crecimiento de la economía panameña.

El producto interno bruto, que entre 1990 a 1994 creció a un promedio de 7,1 por ciento, aumentó apenas 1,9 por ciento en 1995, pese al agresivo programa de ajuste y reforma del Estado puesto en marcha por Pérez Balladares a finales de 1994. (FIN/sh/ff/ip/96)

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