MERCOSUR: Uruguay exporta calidad médica, en medio de crisis

La calidad de los servicios médicos de Uruguay dio lugar a una nueva exportación no tradicional, orientada a países del cono sur de América, mientras se agudiza una crisis económica y salarial en ese sector de actividad.

En 1995, año de ajuste fiscal, el gobierno redujo diez por ciento los gastos en salud, y el Centro Nacional de Quemados (Cenaque), una institución creada por el Estado y la Universidad de la República, enfrenta hoy severos recortes presupuestales.

A comienzos de este año, los problemas financieros pusieron en duda el futuro del Cenaque, que ahora presenta mejores perspectivas, ante el interés surgido en el exterior por sus servicios.

La alta calificación del Cenaque, basada en su desarrollo tecnológico y profesional, dio lugar a negociaciones entre la institución y autoridades sanitarias del estado de Río Grande del Sur (Brasil), de Paraguay y de Bolivia.

Un grupo de abogados está definiendo los detalles de los acuerdos con esas naciones, que se formalizarán a través de las cancillerías.

Una vez firmados los acuerdos, el Cenaque admitirá a personas afectadas por quemaduras graves que procedan de esos países y el costo de internación y tratamiento estará a cargo de los gobiernos o centros privados que los deriven a Uruguay.

El costo diario de internación en un centro de quemados, tomando pautas internacionales, oscila entre 1.000 y 4.000 dólares.

Según estadísticas del Cenaque, casi 90 por ciento de las quemaduras de alto riesgo se deben a accidentes domésticos, y en 70 por ciento de los casos, la edad del paciente oscila entre 20 y 59 años.

Mientras, una gremial médica del departamento (provincia) de Artigas, 500 kilómetros al norte de Montevideo, firmó un convenio con el Ejército de Brasil, por el cual prestará asistencia a soldados destinados a la sureña localidad brasileña de Quaraí.

El convenio incluye a los familiares directos de los militares y a todos los uniformado brasileños que se encuentre de paso en Quaraí.

El costo de la atención estará de acuerdo con el arancel de los médicos uruguayos y el pago será realizado por el Ministerio del Ejército de Brasil dentro de un plazo de 45 días.

Uruguay, país de 3,1 millones de habitantes, cuenta con casi 12.000 médicos en actividad. El promedio, de un médico cada 264 habitantes, es uno de los más altos del mundo.

Cada año egresan de la Universidad 400 médicos generales y 350 especialistas, y a la fuerte competencia se agregan focos de desempleo en el sector.

Un estudio de la Facultad de Medicina diagnosticó en 1993 una superpoblación médica y advirtió que ésta provoca "depresión de las retribuciones", el pluriempleo de unos y el desempleo de otros, y la "tentación de emigrar".

El riesgo de que esos factores debiliten la calidad de asistencia médica llevó al decano de la Facultad de Medicina, Eduardo Touyá, a proponer que los títulos habilitantes tengan una vigencia de sólo cinco años a partir de 1997.

Al cumplirse el quinquenio, los médicos estarían obligados a someterse a una evaluación obligatoria.

Los examinadores tendrían en cuenta si el médico ejerció la docencia, si obtuvo nuevos cargos, su participación en cursos, congresos, seminarios o actividades científicas, y si está suscrito a revistas especializadas, entre otras valoraciones.

La propuesta, que está a estudio de las autoridades, "tiene un sentido de protección a la sociedad" y "busca aumentar la calidad de los recursos humanos", según Touyá.

La crisis económica de los profesionales médicos alcanzó a mediados de este mes al Sindicato Médico del Uruguay (SMU), la asociación que los agrupa, que también administra uno de los mayores centros de asistencia del país.

Una tensa asamblea sindical rechazó la última semana la decisión de la comisión directiva del SMU de rebajar los salarios y diferir los pagos a parte del personal.

La asamblea, convocada ante la postergación del pago de salarios a 2.000 médicos que prestan servicio en el centro asistencial del SMU, decidió oponerse al despido de profesionales.

Sin embargo, Jorge Lorenzo, presidente del SMU, advirtió que "no podemos decir no se despedirá nunca más a un médico".

La severa crisis determinó a los asambleístas a pedir al comité ejecutivo que estudie la posibilidad de vender parte de los activos del SMU para superar la situación. (FIN/IPS/rr/ff/he/96).MDBO/.MDNM

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