La sorpresiva prohibición del gobierno de Brasil a la importación de papas argentinas, en la noche del martes, paralizó muchos camiones en la frontera, en un nuevo conflicto provocado por normas discrepantes en la defensa del consumidor dentro del Mercosur.
El ministro argentino de Agricultura, Felipe Solá, buscará una solución en Brasilia con su colega brasileño, Arlindo Porto, informó la Agencia de noticias Estado.
El Instituto de Defensa del Consumidor (Idec), de Sao Paulo, denunció desde abril que Brasil estaba importando papas argentinas con IPC-1 methylathylphenyl carbamato, una sustancia que puede provocar cancer y no es permitido en Brasil desde 1980.
El Idec, la organización no gubernamental más importante del país en su actividad, amenazó con recurrir a la justicia para impedir la venta del producto contaminado.
La prohibición de la importación "es un triunfo", celebró Macedo Junior, asesor de comunicación del Idec.
Productores argentinos defendieron su producto, diciendo que fue el mismo Ministerio de Agricultura de Brasil que exigió la aplicación del agrotóxico, una medida indeseable por aumentar costos y sujetarse a restricciones en otros países.
El secretario de Defensa Agropecuaria del ministerio brasileño, Enio Marques, contestó diciendo que la exigencia era el tratamiento de las papas con hidrazida maleica, el único antibrotante con uso autorizado en Brasil, y no con el IPC-1 que se permite en Argentina.
La medida, según Marques, pretende evitar el ingreso en Brasil de virus existentes en Argentina e impedir la contaminación de las siembras brasileñas, ya que se estaban importando papas también como semillas y no sólo para el consumo.
Añadió que el Ministerio de Salud analizará si el producto utilizado es dañino para la salud humana.
La verdad es que el gobierno brasileño autorizó el uso de cualquier antibrotante, replicó el veterinario Sezifredo Paulo Paz, experto del Idec, lo que comprobó con copia de una circular de la Dirección de Inspección Vegetal del Ministerio de Agricultura dirigida a las oficinas de los estados.
El incidente es sólo un ejemplo de que, "por intereses comerciales" del Mercosur se está violando el Código de Defensa del Consumidor y exigencias sanitarias brasileñas, más rigurosos que los de Argentina, Paraguay y Uruguay.
También se ampliaron los límites de presencia de agrotóxicos para la importación desde los socios del Mercosur en arroz, ajo, cebolla y tomates.
En el caso de la deltametrina, un insecticida, se elevó en tres veces el máximo permitido en Brasil, denunció Paz.
"No aceptamos esas modificaciones en la legislación brasileña para hacerla más permisiva hacia los agrotóxicos y atender intereses comerciales", ni que se incumpla el Código del Consumidor, afirmó el técnico del Idec. (FIN/IPS/mo/ag/if/96
