El jefe del gobierno de Italia, Romano Prodi, destacó "la riqueza y la contribución civil" de la Iglesia Católica, en la visita oficial que realizó hoy al Papa Juan Pablo II.
Prodi, un economista católico independiente que dirige el primer gobierno integrado por ex comunistas en la historia de Italia, había querido que "el primer acto del nuevo gobierno" fuera recibir al Papa a su regreso de Eslovenia, el 19 de mayo.
Al realizar su visita oficial al Vaticano, reiteró que "un Estado auténticamente laico puede superar cualquier temor en el reconocer y apreciar plenamente la soberanía de la Iglesia en su propio orden y en su intangible libertad".
Recordó que el objetivo principal de su gobierno "es la reconstrucción del Estado democrático, después de la grave crisis de la moralidad y de la vida pública, la libertad y la dignidad social de todos los ciudadanos".
El Vaticano, a diferencia de lo sucedido en el pasado, no respaldó públicamente a ninguno de los dos grandes bloques que se presentaron a las elecciones parlamentarias del 21 de abril, el centroizquierdista El Olivo y el centroderechista Polo de la Libertad.
La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) dejó en libertad de acción a los católicos, lo cual se estima fue un elemento importante en el triunfo de la coalición de centroizquierda, al frustrar los intentos de "demonizarla" porque en su interior estaba el ex comunista Partido Democrático de Izquierda (PDS).
Prodi destacó que en "una sociedad siempre más secularizada, la palabra y el testimonio de la Iglesia son irrenunciables".
El Papa, por su parte, expresó su "profunda confianza en el pueblo italiano, que en sus 50 años transcurridos desde el nacimiento de su constitucion ha logrado volver a ser respetado y honrado en el mundo".
Los temas tocados por Juan Pablo II fueron tutela del derecho a la vida, auspicio de una política para la familia y la escuela no estatal, y ratificación de la disponibilidad a colaborar por el bien del país.
Subrayó que "la búsqueda del bien común será rico y eficaz en la medida en que sea sostenida por un convencido empeño en favor de los valores humanos y espirituales, que están en la base de todo verdadero progreso del país".
Expresó el deseo de que continúe y se incremente la colaboración del gobierno italiano con el Vaticano para la preparación del Jubileo del 2000, "fecha eminentemente espiritual en la que coincidirán en Roma e Italia peregrinos provenientes de todas las partes del mundo".
Se estima que unos 30 millones de personas visitarán Italia durante el año 2000.
Prodi manifesto que el gobierno mira al Jubileo "como a un acto esencialmente moral y religioso, que aportará frutos de Paz y una ocasión para recibir a muchas personas".
Prodi también se declaró de acuerdo con el Papa sobre "el papel peculiar de Italia en el redescubrimiento que la Unión Europea debe hacer de sus raíces cristianas para llegar a una unificación que no represente sólo "la suma de intereses económicos y la resultante de conveniencias políticas". (FIN/IPS/jp/ag/ip-cr/96