INDOCHINA: Sobre el Mekong reina el sálvese quién pueda económico

Un año despues de haber sido creada, la Comisión del Río Mekong (CRM) está considerada en la región como una jugadora cada vez más irrelevante en sus esfuerzos para utilizar esta importante vía de agua.

El principal obstáculo para lograr una mayor cooperación en el uso hidroeléctrico del Mekong, para irrigación y como arteria de transporte, es la incapacidad de Tailandia y Vietnam en llegar a un acuerdo para desviar su cauce.

Tailandia necesita el agua para generar electricidad e irrigar las tierras cultivables de su seca zona noreste. Pero esa agua es vital para el ambiente y la agricultura de la región del Delta del Mekong, en la parte meridional de Vietnam.

La CRM afronta tambien crecientes críticas de grupos activistas acerca de sus prácticas ambientales y, hasta ahora, fracasó en convencer a Birmania y China, los dos estados del Mekong que no participan en la organización, para que se unan.

Una escasez crónica de fondos se agrega a las preocupaciones de la CRM y, en ausencia de cualquier planificación personal, por el momento parece que cada país decretó el sálvese quién pueda.

"Los donantes parecen haber adoptado una actitud de observar y esperar si se aclaran los problemas que afronta la comisión", apuntó una fuente informada en Bangkok. "No tiene un centavo para poner en marcha cualquiera de sus proyectos, a pesar de la enorme cantidad de estudios que tiene en consideración".

La CRM tiene una lista de proyectos prioritarios sobre hidroelectricidad, pesca, navegación, turismo y control de inundaciones. Los mayores países donantes, Australia, Holanda, Suecia y Alemania han retirado su ayuda.

Prestamistas multilaterales como el Banco Mundial se muestran cautos en comprometerse en megaproyectos hidroeléctricos en el Mekong debido a posible críticas de activistas internacionales.

Washington acostumbraba a ser un entusiasta patrocinador del desarrollo hidroeléctrico en el Tercer Mundo, pero ha bajado de tono su favoritismo por grandes represas. Samuel Berger, asistente para cuestiones de seguridad nacional, aconsejó el año pasado al Banco de Exportación e Importación de retirar su apoyo al masivo proyecto chino de Tres Gargantas con el pretexto que era muy grande.

La posición de la CRM se vió luego afectada por la aparición de nuevos foros para el desarrollo del Mekong, que agudizaron la competencia por obtener influencia y fondos. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) formó en 1995 su propio Grupo de Desarrollo del Mekong compuesto por siete miembros de ASEAN además de Laos, Camboya y Birmania.

El Banco de Desarrollo Asiático (BDA) en Manila tambien está empujando su iniciativa para la subregión del Gran Mekong, a fin de integrar en una sola economía regional aquellas de Birmania, Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya y China meridional.

El BDA dijo que podrían gastarse 40.000 millones de dólares en la infraestructura del cauce del Mekong y anun ció que ya tiene 300 sitios identificados para instalar represas.

Más importante todavía, el BDA ha dejado de lado la dependencia en financiación tradicional, tanto bilateral como multilateral, para concentrarse en el sector de la inversión privada.

"El sector privado irá donde espera obtener altos beneficios, esa es la razón para hacer negocios", apuntó el principal economista del banco, Vishvanath Desai.

El éxito de esa estrategia fue claramente ilustrado cuando el BDA patrocinó una gira por Camboya, Laos y Vietnam de una delegación de ejecutivos de los principales gigantes surcoreanos.

La visita, encabezada por el director del Ministerio de Finanzas surcoreano, Jong-Hwa Yoon, tuvo lugar en mayo poco despues de la normalización de relaciones entre Seul y Phnom Penh, e incluyó altos ejecutivos de Hyundai, Samsung y Daewoo.

Los surcoreanos parecen atraídos por la mano de obra barata de Camboya y sus abundantes recursos naturales. Mientras la CRM realiza seminarios y discusiones, el sector privado sigue adelante.

Sin embargo, mientras esa tendencia podría resultar favorable a los gobiernos en la región, los ambientalistas están preocupados que el incentivo de la ganancia desplace a la tutela ecológica.

Corea del Sur transfirió recientemente 1.200 millones de dólares a Laos para instalar represas, incluyendo el controvertido proyecto de Huay Ho, que está siendo realizado a través de inversiones del sector privado, con el gigante Daewoo que posee el 60 por ciento del paquete accionario.

Tambien hay informes que otra compañía surcoreana, Hyundai, ha convenido en instalar un dique sobre un tributario del Mekong en el sur de Laos por 750 millones de dólares. Se afirma que los coreanos están interesados en otros 12 diques solo en el tramo laosiano del Mekong.

China tambien ha expresado su interés en involucrar al sector de capital privado en hidroelectricidad. Su represa Jinghong de 1.500 megavatios está en proceso de planificación avanzada con asistencia de un grupo tailandés. Beijing está proyectando no menos de 13 diques en su territorio donde el Mekong forma espectaculares gargantas al caer desde las mesetas tibetanas. (FIN/IPS/tra-en/an/kd/ego/if).

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