La venta de la nacionalidad, pasaportes y el tráfico de inmigrantes de origen asiático son los nuevos negocios del servicio exterior hondureño, según denunció la Fiscalía del Estado.
La captura este lunes de cinco inmigrantes ilegales de la República Popular China avivó el tema de la venta de la nacionalidad y pasaportes, un negocio altamente lucrativo.
La Fiscalía del Estado investiga lo que considera "el negocio del siglo" luego que una ciudadana hondureña, María Martha Díaz, implicara a políticos, diplomáticos, diputados e incluso al ex presidente, Rafael Callejas (1990-1994).
A ello se suma la detención, hace una semana en Hong Kong, del cónsul hondureño en ese país Herby Weinzenbult y del encargado del servicio de inmigración de Estados Unidos en Honduras, Jerry Stuchinner, por la venta ilegal de pasaportes.
Stuchinner, que labora desde hace 18 años en el servicio de inmigración de Estados Unidos, es considerado uno de los cabecillas de las dos bandas que trafican con ilegales en esta nación centroamericana.
Este martes, el ministro de Gobernación y Justicia (Interior) Efraín Moncada confirmó la suspensión temporal de la directora de Migración, Angelina Ulloa, junto a seis empleados de ese organismo, al pesar sobre ellos la sospecha de que intervienen en el negocio.
El presidente Carlos Roberto Reina calificó a este tráfico ilegal de la "peor ofensa a la nacionalidad".
Según Reina, los escándalos de la venta de la nacionalidad y pasaportes, conocidos popularmente como "el chinazo" y el "pasaportazo", "no son nuevos, son polvos de aquellos lodos" en alusión directa al gobierno de Callejas.
Callejas gestó en 1990 una ley temporal que permitía la venta de la nacionalidad a ciudadanos asiáticos por 25.000 dólares a cambio de promover la inversión en el país.
Aprovechándose de esa ley, ministros y funcionarios traficaron con ilegales, a quienes, a cambio de fuertes sumas, les conseguían laa nacionalidad hondureña y una visa hacia Estados Unidos.
De acuerdo a las denuncias de María Martha Díaz, ex exposa de uno de los cabecillas de este negocio, el nicaragüense René Contreras, se vendieron unos 12.000 pasaportes.
Los documentos se extendían a ciudadanos procedentes de Hong Kong, incluidos empresarios que pretenden escapar de esa isla antes de que Gran Bretaña la entregue a China, en 1997.
En los dos últimos años, al menos unos 200 ilegales asiáticos han sido detenidos por las autoridades hondureñas. La Fiscalía estima que el número de extranjeros involucrados en el negocio es muy superior.
Distintas versiones sostienen que el canciller Delmer Urbizo ha sido beneficiado de viajes a Hong Kong por uno de los traficantes de ilegales, Dickon Jao, a quien se responsabiliza de pagar los gastos del consulado hondureño en esa isla.
Según el presidente Reina, esas acusaciones obedecen a "rumorrd" que buscan "embarrar a gente decente en este país". (FIN/IPS/tm/dg/ip/96)
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