La concesión de créditos a Honduras peligra por el elevado monto del endeudamiento externo del país, superior al tope establecido por los organismos financieros internacionales, alertó hoy el vicepresidente del Banco Central (BCH), Daniel Figueroa.
"Para los acreedores, no somos ya un país sujeto de créditos, porque nos hemos pasado del límite permitido en deuda externa y si bien estamos amortizando intereses el capital de la deuda es impagable", señaló durante un foro sobre el tema.
Honduras adeuda unos 4.286 millones de dólares, 104 por ciento de su Producto Nacional Bruto (PNB) y 271 por ciento de las exportaciones anuales del país. En los últimos cuatro años unos 500 millones de dólares de acreencias fueron condonados por Estados Unidos, Holanda, Suiza y Canadá.
Los organismos multilaterales establecen que, para recibir créditos, el endeudamiento de un país no puede superar 80 por ciento de su PNB y 220 por ciento de sus exportaciones anuales, recordó Figueroa.
El 56,6 por ciento de la deuda hondureña fue contraído ante los organismos multilaterales, 33,6 por ciento es de carácter bilateral y algo menos del 10 por ciento es comercial.
"El avance del endeudamiento no ha sido paulatino sino bárbaro", ya que en 1950 Tegucigalpa apenas debía 50.000 dólares, señaló Figueroa.
"La historia nos refleja que en vez de amortizar nuestro crédito lo aumentamos, porque fuimos ingenuos al seguir el camino que nos indicaron de endeudarnos con los organismos multilaterales y ahora estamos lamentando la situación", dijo.
"No podemos pagar la deuda. El único nivel que estamos cumpliendo es el de intereses sobre exportaciones, cuyo nivel crítico es de 20 por ciento y nosotros estamos en 17 por ciento", apuntó Figueroa.
Durante el foro al que asistió Figueroa, diversas organizaciones no gubernamentales plantearon la necesidad de canjear títulos de deuda por proyectos sociales, educativos o ambientales, como lo están impulsando otros países de América Latina.
Oscar Rodríguez, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, recordó que ese organismo de la Iglesia Católica es favorable a que los países acreedores condonen la deuda externa de América Latina, convertida en una "amenaza a la paz de la región" y en posible detonante de una convulsión social.
"El caso de Honduras es grave, como también lo es el de otros países latinoamericanos y de Africa. La Iglesia Católica cree que es tiempo de alzar la voz y pedir a los organismos internacionales que frenen su voracidad para evitar una hecatombe social en el mundo", manifestó el obispo hondureño.
Tegucigalpa está negociando ante las instituciones multilaterales que se le otorguen condiciones especiales para el reembolso de 35 por ciento de su deuda. "No será fácil, porque para estos organismos todavía no somos un país tan pobre" como para pedir ese trato, consideró Rodríguez. (FIN/IPS/tm/dg/if/96
