El Senado de Haití es el principal campo de batalla en que se juegan vitales reformas para el país, mientras representantes acusan al gobierno de ocultar información de estudios del Banco Mundial sobre la viabilidad de empresas estatales listas para la privatización.
No casualmente, la cámara estaba casi vacía cuando la semana pasada se aprobaron medidas decisivas para la reforma. Sacando ventaja de las ausencias, el ministro de Economía, Fred Joseph, logró el pasaje de las propuestas.
La puesta en marcha inmediata de las reformas económicas es la prioridad del joven gobierno del presidente René Préval, instalado en febrero de este año para reemplazar a Jean-Bertrand Aristide.
El gobierno sostiene que Haití no tiene opción frente a las demandas de las agencias donantes como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que pretenden ajustes económicos a cambio de sus créditos.
Pero muchos senadores sostienen que Haití, el país más pobre del mundo, no podrá resistir los resultados de los recortes en el gasto público, la devaluación y otras medidas asociadas al ajuste estructural.
Los dos proyectos aprobados por el Senado se refieren a la "democratización" de la privatización de empresas estatales y el retiro con incentivos de empleados públicos.
Joseph indicó que el gobierno está ahora libre de la administración directa de las empresas públicas, aunque no habrá "un divorcio total".
Empresas privadas podrán presentarse a licitación por puertos y aeropuertos por entre dos y tres años para recapitalizar la compañía pública de electricidad y recuperar su viabilidad.
El gobierno también propone la recapitalización del sistema telefónico y la venta de 60 por ciento de las acciones de las empresas privadas a fondos locales de inversión.
La privatización y otros aspectos de la reforma han dividido a la gobernante coalición Lavalas.
El vicepresidente del Senado, Samuel Madistin, electo en representación de Lavalas, renunció a la legislatura en momentos en que actuaba como presidente ante un viaje al exterior de Préval.
Madistin mantuvo un enfrentamiento con el primer ministro, Rosny Smarth, por cambios propuestos a las normas que otorgarían al Ministerio de Finanzas la autoridad de presentar proyectos al Senado. "No puedo sancionar la suspensión de procesos administrativos en nombre de la agilidad", sostuvo.
El senador opina que la votación de los proyectos fue un error, dada la escasez de los informes presentados al parlamento.
Thomas Edy Dupiton, senador de la oposición, declaró que no podía garantizar que votaría las reformas, aunque es necesario "dar al ministro (Joseph) la posibilidad de explicarse".
El presidente de la Cámara de Diputados, Fritz Robert Saint- Paul, expresó sus reservas sobre el programa económico propuesto, señalando que otros gobiernos en América Latina y Africa han adoptado programas similares sin que los resultados revelen mejoras en las condiciones de vida de la población.
Saint-Paul sostuvo además que el gobierno no tiene la capacidad de disponer de modo eficiente del dinero donado.
"El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene 150 millones de dólares para proyectos de infraestructura, y el Ministerio de Obras Públicas sólo cuenta con programas por tres millones de dólares", afirmó.
Según el diputado, también hay 120 millones para proyectos agrícolas, aunque sólo se emplearon dos millones. "No tengo idea cómo el Ministerio de Obras Públicas piensa utilizar el paquete total de 250 millones de dólares", dijo. (FIN/IPS/tra-en/imc/sz/fn/lp/ip-dv/96