La Misión de Apoyo a Haití de las Naciones Unidas (UNSMIH), reducida a 1.900 soldados y 300 policías, comienza a desintegrarse.
"Estamos pasando de una acción para el mantenimiento de la paz a actividades relacionadas al desarrollo. La intención es que los soldados y policías desaparezcan, dejando lugar a las nuevas actividades", dijo Eric Falt, vocero de la ONU en el país caribeño.
El 30 de junio marcó el fin de la Misión de la ONU en Haití (UNMIH) y su sustitución por UNSMIH. La fuerza de 20.000 efectivos de paz liderada por Estados Unidos que intervino en septiembre de 1994 fue gradualmente reducida a 6.000 soldados y 900 policías en marzo de 1995, y a 1.900 soldados y 300 policías en febrero de este año.
Unos 535 hombres pertenecientes al contingente pakistaní aún permanecen en la base costera de Cap-Haitien, pero deberán dejarla en los próximos dos meses. Sólo dos ciudades mantienen una presencia de la ONU, aunque inicialmente la fuerza fue enviada a 11.
La UNSMIH se propone estabilizar y capacitar a la fuerza de policía nacional creada hace un año, la cual está llamada a jugar un papel vital en el fortalecimiento de las instituciones políticas y administrativas.
En el comienzo, la nueva misión estará integrada por 1.200 soldados y 300 policías, y más adelante el número del personal militar se reducirá a 1.000. Canadá, Pakistán y Bangladesh continuarán brindando soldados para UNSMIH, y la misión podría extenderse durante seis meses.
El vocero de la ONU dijo que la situación ha evolucionado considerablemente, aunque los haitianos no lo consideren así, lo cual no resulta sorprendente "debido a que las fuerzas de seguridad anteriores fueron un arma de opresión del pueblo haitiano".
Lo que ha cambiado, señaló Falt, es que la gente identifica ahora como el problema a los criminales comunes, "y cada vez lo considera más inaceptable".
El balance de la ONU sobre el despliegue en Haití es en general positivo, según el vocero, quien citó a "observadores neutrales" según los cuales "grandes cambios se han producido en Haití desde septiembre de 1994".
Fue en esa fecha cuando se produjo la intervención de Estados Unidos para restaurar al entonces presidente Jean-Bertrand Aristide, cuyo mandato había sido interrumpido por un golpe militar.
Falt defendió a la ONU de acusaciones de autoridades haitianas y organizaciones defensoras de los derechos humanos, las cuales criticaron la pasividad de la misión en relación al desarme de criminales.
"La cuestión del desarme de individuos no ha sido resuelta a nivel legal, y las leyes o instrucciones específicas sobre cómo aplicarlas aún no son bien conocidas por la policía y la población. El resultado es cierta confusión", dijo el vocero.
Autoridades de la ONU afirman que en el curso de su mandato, la misión llevó a cabo 1.000 proyectos de reconstrucción, en especial caminos, perforaciones, escuelas y hospitales, con el auspicio del gobierno haitiano. (FIN/IPS/tra-en/ms/fn/lp/ip/96