Un ex agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos que trabajó en Guatemala durante cinco años afirmó que la participación de la CIA y la DEA en violaciones a los derechos humanos en ese país es más profundo de lo que el informe encargado por el gobierno de su país reconoce.
Celerino Castillo, que desde hace tres a~ños denuncia los abusos de que fue testigo en sus más de 15 años de servicio en la DEA, dijo a IPS que el informe realizado por orden del presidente Bill Clinton sobre las operaciones de la CIA en Guatemala es incompleto y en algunas parte erróneo.
El documento alude el apoyo de la CIA a los violadores de derechos Humanos en Guatemala, pero apenas escarba la superficie. No va a lo profundo, a que la CIA está envuelta en asesinatos y otros crímenes en ese país, añadió.
Yo pasé cinco años como agente especial para la DEA en Centro América, mi base fue Guatemala de 1985 a 1990. Participé en muchas operaciones conjuntas con la CIA y las fuerzas de seguridad guatemaltecas, principalmente la D-2, aseguró Castillo, quien ahora vive retirado en Texas.
Mi principal preocupación sobre el reporte es que no existe evidencia que se haya entrevistado a agentes de la CIA y de la DEA que trabajaron en el terreno. Si lo hubieran hecho, estoy seguro de que el reporte hubiera llegado a conclusiones diferentes, continuó.
Según el ex agente, el nivel de vinculación de la CIA y la DEA en operaciones que incluyen toturas y asesinatos es mucho más alto de lo que el reporte indica.
Castillo aseguró que personalmente participó en operaciones conjuntas con la inteligencia guatemalteca (D-2) en las que fueron asesinados o sufrieron vejámenes varios civiles.
Puso como ejemplo el caso de Puerto Barrios, a 400 km de la capital guatemalteca. Allí, en 1986, relató, se confiscaron 2.404 kilos de cocaína y la G-2 violó y asesinó a dos mexicanas, torturó y asesinó al padre de ellas y a varios colombianos.
Según Castillo al menos tres ciudadanos estadounidenses fueron capturados y enviados a prisión en esa operación. "Pedimos a los militares guatemaltecos que no mataran a los norteamericanos, pues tendrían problemas, por eso los enviaron a prisión".
Estas personas estaban a bordo de un yate, el M/V Daring, que había sido alquilado por un diputado guatemalteco para transportar la droga.
El agente de la CIA Randy Capister y yo fuimos testigos de la captura de las dos mexicanas y los otros involucrados -continuó Castillo-. El caso fue investigado por la DEA, que concluyó que los asesinatos fueron cometidos por la D-2 con el conocimiento de la CIA y la DEA.
El denuciante dijo también que los agentes de la DEA trabajan con la D-2 en la mayoría de sus misiones en Guatemala porque la embajada de EEUU en coordinación de la dirección de la DEA han ordenado hacerlo.
Otra razón es que la D-2 controla todo el equipo sofisticado en Guatemala con el que se intervienen y controlan las comunicaciones. (FIN/IPS/rmc/jc/ip/96
