GRAN BRETAÑA: El descrédito es el precio del "buen gobierno"

Los parlamentarios de Gran Bretaña votaron este mes un aumento de sueldos para sí mismos con el argumento de que pretendían atraer a la labor legislativa a individuos mejor preparados, pero eso no evitó que el descrédito se cirniera sobre ellos.

El veterano parlamentario conservador Sir Terence Higgins lideró la campaña por el aumento sobre pues, dijo, existe un "peligro muy real" de que la calidad del parlamento británico caiga pues los mejores buscarían otro tipo de ocupación más redituable. Esa era la base del argumento del "buen gobierno".

De todos modos, la prensa recordó que los parlamentarios disfrutan de 17 semanas de receso y que no se les descuentan las faltas a los comités ni a los plenarios de la Cámara de los Comunes. Por añadidura, ya ganan bastante dinero.

"Y además, ahora que las sesiones a veces se transmiten en vivo, el público puede apreciar las dificultades que pasan algunos parlamentarios aun para formular una pregunta sencilla", ironizó el periódico The Guardian.

El escándalo y la amenaza pendente de reacciones violentas por parte de los trabajadores recibieron el aumento salarial de 26 por ciento que se votaron los parlamentarios en una sesión que se prolongó hasta la madrugada.

Algunas de los principales sindicatos, cansados de reclamar incrementos de sueldo que se rechazan una y otra vez, pidieron un aumento similar. Enfermeros, profesores, bomberos y empleados del estado, notablemente disgustados, acusaron a los distinguidos legisladores de hipocresía.

Pero el debate parlamentario produjo el milagro. Fue una curiosa muestra de unidad entre izquierda y derecha, laboristas opositores y conservadores oficialistas, que cerraron filas para rechazar el recorte de pagos de tres por ciento que les exigió el gobierno de John Major.

En cambio, se votaron el aumento e, incluso, se vieron en tal apuro debido a las elecciones que se celebrarán dentro de diez meses que dejaron de lado la posibilidad de un incremento paulatino a lo largo de tres años y prefirieron aprobarlo de forma instantánea.

Así, los parlamentarios que ganaban un sueldo de 34.085 libras (unos 52.700 dólares) obtendrán ahora 43.000 libras (alrededor de 66.500). El de los ministros se elevará de 69.651 libras (108.000 dólares) a 86.991 libras (134.000 dólares), que se elevarán a 103.000 (159.000 dólares) después de las elecciones.

El salario del primer ministro aumentará de 84.217 libras (130.000 dólares) a 101.557 (157.000 dólares) y, después de las elecciones, a 143.000 (221.000 dólares).

En la otra punta de la escala, existen en Gran Bretaña (único país de Europa sin salario mínimo fijado por las autoridades) trabajadores que ganan 0,75 peniques la hora (menos de un centavo de dólar), según el centro de estudios Unidad de Baja Paga.

"Estamos un poco preocupados por el doble discurso de los parlamentarios. Algunos de los que se votaron el aumento también votaron la abolición de los consejos de salarios", dijo Bharti Patel, funcionario de la organización.

La inexistencia de salario mínimo en Gran Bretaña contrasta con la situación del resto de Europa y con la de Estados Unidos. La primera orden del gobierno del conservador Jacques Chirac fue su incremento, mientras el Congreso en Washington acaba de aprobar uno con el apoyo del conservador Partido Republicano.

"No solo los izquierdistas, sino aun los partidos derechistas y conservadores son partidarios de los salarios mínimos", dijo Ian Hepplewhite, vocero del Partido Laborista de Gran Bretaña.

En este país, se producen con frecuencia despidos por causas nimias. Es muy común el empleo de la palabra "dickensiano" para describir los empleos de peor paga, en alusión a Charles Dickens, el escritor que mejor pintó en el siglo pasado las miserias de la Revolución Industrial en Gran Bretaña.

"Nos están retratando como un manojo de avaros dickensianos. Creo que la credibilidad de este parlamento está en cuestión si tenemos este tipo de debate", dijo en la sesión el laborista Dale Campbell-Savours.

Pero gran parte de los correligionarios de Campbell-Savours se unieron a sus pares conservadores al rechazar la recomendación de de respaldar el recorte de tres por ciento en lugar de un aumento de 26 por ciento. (FIN/IPS/tra-en/dds/fn/ip/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe