Mientras los investigadores se afanan para determinar las posibles causas del desastre del Vuelo 800 de TWA, un puñado de inversores está rezando para que el jumbo haya sido abatido por terroristas.
Fuentes financieras en Washington y Nueva York señalaron que algunos especuladores están comprando acciones de la compañía aérea con miras a que la investigación en marcha descarte causas que pudieran atribuirse a la TWA, como fallas técnicas.
Según su opinión, si la compañía aérea no fue culpable de la catástrofe, sus acciones volverán a subir, declararon a IPS algunos operadores bursátiles.
"Los inversores no se fijan en principios sino van detrás del miedo y la codicia", apuntó un consultor de la firma Merril Lynch de Wall Street.
El vuelo 800 de la TWA despegó del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy el 17 de julio a las 20,09 local con destino a París. Doce minutos más tarde desapareció de las pantallas de radar con 230 pasajeros y tripulantes abordo.
Muchos testigos dijeron que la aeronave estalló en el aire y cayó en el mar convertida en una bola de fuego.
Las acciones de la aerolínea han estado en baja por un tiempo. Se comerciaban en torno a los 11 dólares antes del desastre del día 17, y habían caído de una cotización de 23 dólares a comienzos del año, señalaron operadores.
Sin embargo, al cierre del miércoles, las acciones sobrepasaron el nivel de nueve dólares tras subir tres octavos de dólar respecto a la clausura del martes.
Este aumento del precio, si bien no es conclusivo, contrasta con la caída de los precios en toda la industria aerocomercial estadounidense, según fuentes de Merril Lynch y Chase Investments Services.
Los especuladores que apuestan al terrorismo no quedarán complacidos con las conclusiones del ejército norteamericano, basadas en simulacros computerizados. Según esos análisis es muy improbable que la aeronave haya sido blanco de un ataque misilístico perpetrado por algún grupo extremista.
Por el contrario, indicó un operador, esas novedades podrían haber contribuído a una leve declinación en el volumen comerciado el miércoles, un indicio que cambiaron de mano pocas acciones.
Sin embargo, sigue el debate si fue una bomba, mientras los investigadores concentran su atención en fragmentos del fuselaje, el cual muestra marcas asociadas con daños provocados por explosivos. La hipótesis es que hubo un artefacto explosivo en la cabina de pasajeros.
Temerosos de afectar el mercado, agentes de bolsa, intermediarios y analistas de la industria se apresuraron a señalar que los especuladores que puestan sobre la pista terrorista son unos pocos individuos y pequeños inversores.
Al parecer, no efectúan grandes transacciones con acciones de la TWA. Inversores institucionales, que compran y venden acciones por cuenta de corporaciones y fondos mutuales, no participan de ese juego, aseveraron los analistas.
El desastre atrajo a los especuladores. Como dijo un consultor financiero en Merril Lynch, "las grandes noticias hacen muy volátiles los precios de las acciones".
Un juego similar se produjo despues que se estrelló hace poco en Florida un avión de Valujet. En ese caso, los especuladores apostaron a la causa del mal tiempo. Algunos fueron lo suficientemente afortunados en comprar acciones por cuatro dólares y ver que su valor subía hasta nueve dólares.
Por supuesto, los especuladores pueden equivocarse. La suerte de la TWA podría verse afectada si el desastre es atribuído a terroristas. Los pasajeros podrían evitar la línea por temor a futuros ataques extremistas.
Al mismo tiempo, las ganancias deberían acumularse.
"Están tratando de hacer dinero rápido y fácil", apuntó el consultor de Merril Lynch. Pero si las acciones de la TWA siguen deprimidas, todavía tendrán la seguridad intuitiva que compraron a la baja y solo tendrán que esperar un poco más de tiempo para vender en alza. (FIN/IPS/tra-en/aa/yjc/ego/if).
= 07250914 DAP002