El producto interno bruto (PIB) de España aumentaría 126 por ciento si se incluyera en su cálculo el trabajo no remunerado de las amas de casa, según un estudio difundido hoy.
Esa corrección alinearía el PIB de España en el promedio de la Unión Europea, ya que el incremento sólo sería de 60 por ciento para el resto de los países que conforman el bloque, señaló el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Los expertos han comenzado a manejar el concepto de producto interno bruto integrado (PIBI) para referirse al PBI incrementado con el trabajo familiar o doméstico.
Al emplearse el PIBI como medida, en lugar del PIB, España abandona los últimos puestos en la UE y se sitúa como una nación de ingresos medios.
Eso explica por qué diversos estudios dicen que la calidad de vida es alta en este país, pese a que su renta por habitante resulta comparativamente baja en Europa occidental.
El valor del trabajo doméstico en España es el doble que en el resto de Europa, pues la cantidad de tareas que cumplen las mujeres españolas en el hogar supera el promedio de la UE.
La mujer española atiende la alimentación y la educación de la familia, el mantenimiento del hogar y el cuidado de niños, ancianos y enfermos, y su labor no consta en el PIB.
En cambio, el resto de las europeas se vuelcan más en los servicios y el voluntariado, y su actividad, realizada puertas afuera del hogar, aparece en la contabilidad nacional y, por consiguiente, se refleja en el PIB.
Así, dos de cada tres horas de trabajo diario de los españoles mayores de edad se realiza en el ámbito familiar y sin remuneración.
El estudio del CSIC demuestra, por ejemplo, que 88 por ciento del trabajo de cuidado de la salud se realiza dentro de la familia y sólo 12 por ciento está a cargo de médicos y personal y sanitario.
Sin embargo, únicamente ese 12 por ciento cuenta para el PIB. En opinión de la socióloga María Angeles Durán, directora del CSIC, "no es razonable tomar medidas de política sanitaria sin tener eso en cuenta". (FIN/IPS/jc/ff/pr/96