Una auténtica cacería de brujas se desató en Ecuador luego de que dos supuestas hechiceras fueran secuestradas por una comunidad de 3.000 indígenas que las responsabiliza de la muerte de 40 personas.
"No es justo que por culpa de unas estafadoras que provocaron la ira de un pueblo, los brujos, shamanes y curanderos profesionales del país tengamos que ser perseguidos", dijo este viernes Evita Calazacón, la hechicera más consultada de Ecuador.
Los problemas derivados de este tipo de actividades son complejos, "ya que la hechicería es parte de la cultura de la población indígena", dijo a IPS Alvaro Greffa, un antropólogo quichua.
Según informes difundidos este jueves por la Oficina de Investigación del Delito (OID), el lunes pasado las hermanas Margoth y Sonia Heredia fueron secuestradas por indígenas de Calhuasig, en la central provincia de Tungurahua, y amenazan con quemarlas vivas si no se cumplan sus demandas.
Tungurahua, ubicada en el llamado callejón interandino, a 140 kilómetros de Quito, es una de las provincias de mayor presencia indígena de Ecuador.
"Los caminos a la comunidad están cerrados, ni la policía ni elementos del ejército han podido acceder", informó a la prensa un vocero de la OID, quien agregó que "las estafadoras se encuentran custodiadas por todo el pueblo".
Los indígenas alegan que las hermanas Heredia, quienes practicaban la hechicería en esa población desde hace seis meses, son las responsables de la muerte de 40 jóvenes.
"Cobraban unos 700.000 sucres (220 dólares) por limpia (rito de purificación), pero enfermaron más a la gente", señaló Antonio Pomboza, líder de la comunidad de Calhuasig, quien organizó el secuestro.
Un libro que poseían las hermanas Heredia, que contiene los nombres de los indígenas muertos, es la única evidencia existente contra las presuntas hechiceras.
"Es lógico que suceda algo así, se aprovechan de que en nuestra cultura existe credibilidad hacia la hechicería y hacia los métodos de curación no tradicionales", dijo a IPS Miguel Tapuy, dirigente de una comunidad quichua de la provincia de Napo, 200 kilómetros al sudeste de Quito.
La comunidad de Calhuasig exigió a las autoridades la captura de otros supuestos hechiceros que colaboraron con las hermanas Heredia y una indemnización de 3.320 dólares para cada familia de las víctimas.
"Decidimos terminar con el problema, las brujas tienen que ser castigadas por nuestras propias manos", dijo Pomboza, quien recordó que en 1993 las autoridades detuvieron a tres supuestos hechiceros y los dejaron libres un día después del arresto.
Autoridades policiales de Tungurahua señalaron al diario Hoy que los detenidos por hechicería sólo pueden permanecer privados de libertad 24 horas, por lo que consideraron más conveniente formularles cargos de estafa.
"El peligro es que las autoridades quieran tomar represalias contra todos los curanderos, sin tomar en cuenta que hay gente muy preparada que sigue fielmente las tradiciones ancestrales", señaló Calazacón, una indígena de la ciudad de Santo Domingo, en la provincia de Pichincha, que se encuentra Quito.
El 35 por ciento de la población ecuatoriana, de 11 millones de habitantes, pertenece a las 10 etnias distribuidas en el país, según la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, y la mayoría recurre a brujos y shamanes antes que al médico.
"La costumbre indígena de asistir a las sesiones de los brujos se ve reforzada con la pésima distribución de los servicios de salud", argumentó Greffa, quien afirmó que los habitantes de Tungurahua tienen que viajar a Quito, sin dinero, para poder recibir atención médica.
El debate entre sobre los brujos ha llegado hasta el parlamento, donde recientemente se aprobó una ley para restringir los programas de radio y televisión en los que decenas de hechiceros de todo el país daban consultas gratuitas.
La resolución del Congreso se fundamentó en una serie de denuncias de personas que enfrentaron problemas serios de salud por seguir sus consejos.
"La gente afectada está muy enojada y quiere castigar a todos los culpables. Estoy seguro que esta será la última vez que juegan con nosotros", dijo Pomboza. (FIN/IPS/mg/ag/pr/96