/DROGAS Y NARCOTRAFICO/ MEXICO: Especulaciones e interrogantes tras irrupción del EPR

La bandera verde con una estrella roja cruzada por machete, fusil y martillo con la que hizo su aparición el Ejército Popular Revolucionario (EPR) generó en México un intenso debate rodeado una masiva movilización militar, dudas sobre el papel del narcotráfico y especulaciones.

Pantomima, narcoguerrilla, cuadrilla de gavilleros y grupo subversivo real son parte de las versiones con que se comentó la presencia del EPR, supuesta organización insurgente que irrumpió en escena el 28 de junio, cuando unos 60 hombres armados y con los rostros cubiertos se presentaron en un acto público.

La movilización de los 3.000 militares que los persiguen en las sierras del estado sureño de Guerrero, a 272 kilómetros de la capital, donde los últimos días las intensas lluvias y el desborde de ríos dificulta los operativos, habría ya dado sus primeros resultados.

"Hay plena tranquilidad en todo el territorio", afirmó este martes Angel Aguirre, gobernador del estado, quien agregó que "hay la percepción" de que EPR podría estar vinculado al narcotráfico.

La prensa local informó que cuatro miembros del EPR fueron capturados y sometidos a interrogatorios, pero el grupo rebelde negó haber sufrido bajas o detenciones, la Procuraduría General negó la información y la secretaría de Defensa no realizó comentarios ni indicó si se han registrado enfrentamientos.

El viernes, en formación militar y portando armas de alto poder, miembros del EPR se presentaron en una ceremonia que se celebraba en Aguas Blancas, Guerrero, para recordar el asesinato de 17 campesinos por la policía el 29 de mayo de 1995, cuando fueron detenidos para un supuesto control.

Exhibiendo una bandera de México y otra verde con una estrella roja de cinco puntas, y los dibujos de un machete, un fusil y un martillo, los supuestos insurgentes leyeron un manifiesto en el que declaran la guerra al gobierno "impopular, antidemocrático, demagógico e ilegítimo al servicio del gran capital".

"Nuestro ejército lucha por la transformación profunda de la sociedad, por medio de la vía armada de la revolución, como una forma más de lucha que el pueblo desarrolla en defensa de sus intereses y por la consecución de sus objetivos", reza la declaración.

El nuevo grupo guerrillero surgido en México consideró "inminente" su enfrentamiento armado con el ejército, debido al "acoso y persecución" que sufren algunas de sus unidades.

El EPR advirtió el martes de noche en el sudoccidental estado de Guerrero que el hostigamiento militar lo obligará a responder con las armas y comenzará entonces "una nueva fase en el desarrollo del conflicto".

Tras puntualizar ninguno de sus combatientes "se encuentra herido o en manos del enemigo", el EPR condenó "la sucia práctica política por medio de la cual el gobierno siempre ha intentado involucrar a organizaciones legales con organizaciones y ejércitos armados".

El comunicado del EPR está firmado por el "Comandante Antonio" y describe al grupo como "una estructura político- militar que cuenta con un programa político, uniforme, grados, insignias y mandos responsables".

En cuanto a su accionar, "tiene como meta el logro de objetivos políticos definidos y constituye una oposición armada en contra del antipopular gobierno mexicano".

"Como insurgencia armada, exigimos en el estado de Guerrero, donde existe una importante presencia de organizaciones opositoras.

Pero no todos en el PRD piensan así. El senador de esa fuerza política Heberto Castillo pidió no menospreciar la presencia del EPR y demandó al gobierno que convoque a un diálogo a los presuntos guerrilleros para conocer sus demandas.

Analistas como Raymundo Riva Palacio sostienen que el EPR podría estar relacionado con el narcotráfico, partiendo de la base que Guerrero es considerado un importante centro de cultivo de amapola y marihuana.

"Debemos ser sumamente cuidadosos con esos actos no aclarados, que pueden constituir sólo una provocación, como lo han señalado ya distintos dirigentes", dijo por su parte el líder del gobernante Partido Revolucionario Institucional Santiago Oñate.

Más allá de las especulaciones sobre el origen del EPR, cuya presencia fue condenada por la Iglesia Católica, desde hace tres años se venían difundiendo versiones que hablan de la existencia de grupos armados en Guerrero, estado donde en los años 60 y 70 actuaron otras organizaciones de corte guerrillero.

Aunque se desligó de cualquier vínculo político con el EPR, la Organización Campesina de la Sierra Sur, 17 de cuyos miembros fueron muertos hace un año por la policía, admitió que simpatizaba con el nuevo grupo.

"Nosotros simpatizamos con el EPR y consideramos que no son gavilleros, como dice el gobierno, porque eso mismo decía del EZLN", declaró Marino Sánchez, portavoz del grupo.

La OCSS, de Guerrero, denunció el martes que sus militantes son perseguidos por las fuerzas de seguridad desde la irrupción del EPR en ese estado.

El grupo campesino, que dice respetar, pero no compartir, los métodos de lucha del EPR, aseguró que varios de sus miembros fueron detenidos y torturados.

La aparición del EPR se produjo a dos semanas de que llegue a México una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para investigar, entre otros casos, el de la matanza de los 17 campesinos de Guerrero. (FIN/IPS/dc/dg/ip/96)

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