Este año se gastarán en todo el mundo 500.000 millones de dólares en gastos publicitarios, señala en su editorial la publicación mexicana Guía del Consumidor.
Agrega que este enorme gasto permite que las radios emitan más de 50 anuncios por cada hora de transmisión y que algunos periódicos tengan hasta el 60 por ciento de su espacio dedicado a ellos.
Además, implica que los jóvenes de 21 años hayan sido bombardeados durante su vida por 250 mil anuncios televisivos y que la mayoría de los canales de televisión dediquen cerca del 50 por ciento de su tiempo a la publicidad.
El 75 por ciento de los ingresos de la mayoría de los periódicos proviene de anuncios publicitarios, el 80 por ciento en revistas de circulación masiva y entre el 90 y el 100 por ciento en las estaciones de televisión y radiodifusoras, añade la misma fuente.
La consecuencia es que la mayoría de los medios de comunicación ya no funcionan como transmisores de mensajes, sino como transmisores de comerciales, dice el editorial de la Guía del Consumidor.
En este contexto, fácilmente las empresas y sus publicistas imponen contenidos, programas y mensajes, desvirtuando -incluso- estilos de vida, según la misma fuente.
Así, las empresas promotoras de problemas alimentarios se hacen aparecer como orientadoras nutricionales, y fábricas de dulces y golosinas dan "consejos" sobre el cuidado de los dientes.
De la misma forma, las industrias generadoras de basura y venenos contaminantes se erigen en defensoras del medio ambiente y se estimula la automedicación así como el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco.
Se compran testimonios de los "famosos", sean artistas, científicos, intelectuales, deportistas o secretarios de Estado y, al mismo tiempo, se concentra el poder y la influencia de los negocios transnacionales, dice la Guía del Consumidor.
Se ha calculado que dos tercios de los ingresos de los medios proceden de cerca de 30 corporaciones de ese carácter.
La globalización y el afán privatizador a ultranza han doblegado a muchos medios de comunicación, añade el editorial, de tal manera que "se hace aparecer como inviables a los medios que pretendan subsistir sin publicidad".
Muchas de las grandes empresas publicitan sus apoyos a investigaciones científicas y con ello limitan investigaciones que deberían estar a salvo de contaminaciones publicitarias, señala dicha publicación.
Todo ello lleva a millones de consumidores a hacerse falsas ideas respecto de la calidad porque la publicidad engañosa hace desaparecer los límites entre la realidad y la fantasía, añade.
Es imperativo que las autoridades "comprendan que el control de la publicidad es vital para lograr un sano desarrollo y la democratización de nuestra sociedad", concluye.
La Guía del Consumidor es una publicación no lucrativa de la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor. (FIN/CI-IPS/96