El gobierno de Cuba negó hoy toda posibilidad de que se prepare un nuevo éxodo masivo, al estilo del puente del Mariel en 1980 o de "la crisis de los balseros" en agosto de 1994.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) desmintió los rumores callejeros sobre una inminente apertura de las fronteras como respuesta oficial a la entrada en vigor de la ley estadounidense Helms-Burton, en una nota publicada en el oficialista diario Granma.
"Abrirán el Mariel para que los cubanos de Miami vengan a buscar a sus familiares", fue una frase que corrió como pólvora por las calles de la capital cubana a principios de junio.
Del puerto del Mariel, a unos 30 kilómetros de La Habana, emigraron en 1980 más de 100.000 personas a bordo de embarcaciones pertenecientes a exiliados cubanos radicados en Estados Unidos.
Aunque la medida podría parecer lógica desde la perspectiva histórica de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, las autoridades del país caribeño parecen decididas a decretar el fin de los balseros y de todo intento de emigración ilegal.
Estudios especializados aseguran que en las últimas décadas cada vez que se ha producido un cambio "para mal" en las relaciones bilaterales se ha reflejado en los acuerdos vigentes en materia migratoria o en una política coyuntural para facilitar la emigración hacia Estados Unidos.
Sin embargo, los expertos aseguran que el mantenimiento de los acuerdos sobre la repatriación a Cuba de todos los emigrantes ilegales y la entrega de al menos 20.000 visas al año para emigrantes legales, se basa en la conveniencia de las dos partes.
"Cuba ha sido consecuente con la política de que se realice una emigración legal, segura y ordenada", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores y contrapuso esta posición a la irresponsabilidad de quienes desde Estados Unidos han pretendido promover las salidas ilegales.
La cancillería acusó a la ultraderecha cubana, radicada en Miami, de perseguir la violación de los acuerdos migratorios para "promover hacia la isla un clima de mayor hostilidad de consecuencias imprevisibles".
El gobierno cubano considera que ese sector del exilio es el verdadero causante de la "crisis de las avionetas", que en febrero pasado provocó el fin de un proceso de distensión entre Cuba y Estados Unidos, y la firma por el presidente Bill Clinton de la ley Helms-Burton, que endurece el bloqueo a la isla.
Tras la denuncia en varias ocasiones de violaciones a sus aguas territoriales y espacio aéreo, las autoridades cubanas se colocaron en una difícil situación internacional al derribar el 24 de febrero dos avionetas civiles del grupo de exiliados de Miami "Hermanos al rescate".
El Ministerio de Relaciones Exteriores contrapone la voluntad oficial cubana de cumplir estrictamente los acuerdos a los intentos por "utilizar la emigración ilegal como instrumento político, subversivo y desestabilizador"
"Nadie debe confundirse, los acuerdos migratorios (de mayo de 1995) están en pleno vigor", dijo Ricardo Alarcón, presidente del parlamento cubano y jefe de la delegación de su país a las negociaciones en materia migratoria entre Cuba y Estados Unidos.
Según la cancillería, 529 emigrantes ilegales han sido entregados a las autoridades cubanas en cumplimiento de convenios y otros acuerdos logrados entre La Habana, Washington y países del Caribe.
La cifra difiere de un informe de junio del semanario Juventud Rebelde, órgano oficial de la Juventud Comunista, según el cual hasta fines de ese mes habían regresado a Cuba 2.435 personas, entre repatriados y retornados en forma voluntaria.
El ministerio precisó que Estados Unidos entregó 369, de los cuales 278 fueron interceptados en el mar por el servicio de guardacostas norteamericano, cuyas unidades navales han ingresado al territorio cubano en 32 oportunidades con dicho objetivo.
Los otros 91 repatriados fueron entregados a las autoridades cubanas cuando intentaban emigrar de forma ilegal por la Base Naval de Guantánamo, enclave militar estadounidense situado a unos 970 kilómetros de La Habana.
También han sido devueltos 160 ilegales desde Bahamas, Gran Caimán, Jamaica, Belice y otros países caribeños, que se utilizan como punto de tránsito en el intento de continuar viaje hacia Estados Unidos, según la cancillería..
Fuentes de la guardia costera de Estados Unidos aseguran que el rescate de balseros cubanos en alta mar por esas fuerzas pasó de 37.139 en 1994 a 628 en 1995. Hasta julio de este año se han rescatado 179.
Pese al desmentido oficial, observadores cubanos aseguran que un nuevo foco de tensiones se respira en el ambiente a raíz del secuestro de un avión cubano desviado hacia la Base Naval de Guantánamo por el teniente coronel José Fernández Pupo con el fin de emigrar de manera ilegal a Estados Unidos.
Washington debe decidir ahora si repatria a Cuba, lleva ante la justicia o concede asilo político a Fernández Pupo. (FIN/IPS/da/ag/ip/96