En un sorpresivo movimiento político, el presidente de Costa Rica, José María Figueres, solicitó hoy la renuncia del gabinete con el fin formar un nuevo gobierno que le permita encontrar apoyo político para su gestión.
Figueres realizó su anuncio en medio de un clima político adverso a su gestión. El gobierno actual es el más impopular de los últimos 15 años, mientras el Congreso está virtualmente paralizado y el partido en el poder presenta graves fisuras.
El mandatario no quiso adelantar a qué sectores recurrirá para organizar su nuevo gabinete pero descartó la formación de un gobierno de consenso con la opositora Unidad Social Cristiana, que domina la mitad del Congreso.
Aunque existe total hermetismo, se especula que el mandatario podría acudir a viejas figuras del gobernante partido Liberación Nacional que prácticamente fueron relegadas de la actual administración.
Figueres aseguró que el martes por la noche anunciará por cadena de radio y televisión la conformación de un nuevo equipo de gobierno, con el objetivo de "recomponer apoyos que permitan seguir avanzando" hacia el desarrollo del país.
Sorprendidos diputados de la Unidad Social Cristiana dijeron temer que la anunciada reestructuración del gabinete sea sólo un reacomodo de piezas y un "maquillaje" y que no se dé un real cambio de estilo de gobierno, que juzgan improvisado e inexperto.
Al justificar este lunes su decisión, Figueres señaló que requiere de un nuevo equipo de gobierno para enfrentar el reto más importante de este país, el de transformarse para competir internacionalmente sin deteriorar la calidad de vida de la población e integrarse a la economía global en paz y democracia.
Costa Rica haa logrado hasta ahora impulsar un modelo que le permitió alcanzar indicadores y un nivel de vida comparables con el de un país desarrollado, destacó.
"Durante la guerra fría hubo mucha ayuda del exterior, pero se acabó. Ya no hay más fondos blandos, los regalos se acabaron y Costa Rica ve erosionarse sus ventajas comparativas de democracia y paz, porque los demás países del área empezaron a consolidar esos mismos procesos", agregó Figueres.
Los retos actuales para el país, indicó, radican en iniciar el desarrollo en el contexto de la economía globalizada y lograr nuevas ventajas comparativas adicionales a la paz.
Entre las grandes transformaciones que se propone para los dos años que le quedan de gestión, y para los cuales necesita un gabinete no desgastado, Figueres mencionó la de avanzar en el plano de las alianzas estratégicas.
Destacó que le interesa particularmente trabajar esa área para lograr la transformación de empresas estatales como el Instituto Costarricense de Electricidad, a través de la cual el Estado ejerce el monopolio sobre la producción y suministro de energía eléctrica.
Se estima que ese monopolio quedará roto antes del año 2005. Figueres aseguró que las alianzas estratégicas permitirán al ICE cumplir un papel de rector del sector y "jugar en una cancha más grande" como es América Central.
En ese sentido, el ministro de Ambiente y Energía, René Castro, señaló que si el Instituto no se transforma morirá, porque requiere de unos 500 millones de dólares en inversiones.
Figueres subrayó igualmente su interés en definir una nueva modalidad de construir infraestructura, en la cual participe activamente el sector privado, porque el Estado no tiene capacidad de inversión.
"Todos estos cambios producen ansiedad en el plano nacional y hemos vivido ese contexto y ese clima en estos dos años", consideró.
"El camino ha sido difícil. Estamos en un momento en que debemos consolidar los cambios y llevarlos adelante, y para eso debemos hacer cambios también en el gabinete", agregó.
Tanto ex presidentes como políticos de oposición han acusado al mandatario de hacer uso de un estilo autoritario de gestión y de haber sumido al país en una crisis económica de características recesivas debido a una conducción improvisada. (FIN/IPS/mso/dg/ip/96)