CONGO: Desempleo genera plaga de vendedores y bares informales

Ningún edicto municipal convierte a la calle que atraviesa el mercado del vecindario de Bacongo en una arteria solo para peatones, pero ningún auto circula por el lugar.

Toda la calle ha sido tomada por vendedores, que exhiben sus mercaderías sobre sábanas de plastico y hacen imposible el pasaje de vehículos.

"Los autos no deben circular por aquí", dijo Anicet Nkoukou, mientras acomoda una pila de toallas para vender. "Si quieren ir al otro extremo del mercado deben hacer un desvío. Los vendedores tienen prioridad aquí…"

"Hay una razón para eso", explicó Damien Kembo, un vendedor de cigarrillos. "El interior del mercado ya está repleto y no hay más puestos libres. Sin embargo, todos los días llegan al menos cinco personas que decidieron venir a vender algo porque es imposible encontrar trabajo en este país. Esa gente, ¿adonde puede ir?".

Bacongo, situado en la parte sur de Brazzaville, no es una excepción. En la capital y tambien en otras ciudades, los mercados han crecido desordenadamente debido al aumento de desocupados en esta nación centroafricana, donde la mitad de su fuerza activa no tiene trabajo.

En el Plateaux des 15 Ans, un barrio en el centro de la capital, los vendedores se alinean en ambos lados de la calle principal que bordea el mercado. Algunos ofrecen sus productos en ese lugar porque no encuentran puesto dentro del mercado, otros porque es más fácil atraer compradores.

"La gente compra más cuando uno está sobre la calle que dentro del mercado", explicó Sergine Sele, que vende porciones de cassava (mandioca), la comida típica local. "Los clientes vienen primero a nosotros antes de ir al mercado. Algunos se detienen aquí y ni se molestan en entrar…"

En las calles se puede obtener todo, desde comida a ropa interior y desde utensilios se cocina a productos farmacéuticos, pero muchos residentes de Brazaville sostienen que hay atraso tanto en higiene como seguridad.

"Es cierto que se puede conseguir cualquier cosa en estas calles del mercado, pero algunas mercaderías son de calidad muy inferior", apuntó el estudiante Philippe Sita.

Sita señaló a un vendedor de tomates ubicado junto a un montón de basura y afirmó que "hay una total falta de higiene allí. Si esos tomates estuvieran sobre una mesa, como en el mercado, serían menos riesgosos a la salud. Cuando veo condiciones como éstas creo que es hora de poner orden en este desorden".

No obstante, a pesar que los vendedores en torno al mercado aumentaron, las autoridades municipales no han hecho nada. La policía intento ejercer coerción pero luego desistió. Daba caza a los vendedores callejeros pero "cada vez que los echábamos volvían al día siguiente", dijo un agente.

Las calles abarrotadas tambien han provocado accidentes de tráfico. Hace una semana, una niña pereció arrollada por un autobus cuando compraba naranjas en la calle, cerca del mercado de Plateaux des 15 Ans.

No son solo las esterillas y cajas de los vendedores las que se alinean en las calles de Brazzaville. También están los "ngandas", bares al aire libre instalados a los costados de las principales arterias.

Los 'ngandas son más populares que los pozos de agua potable. "Esto se debe a que nos sentimos confortables en los 'ngandas", explicó Honoré Kobo, un parroquiano habitual de los bares informales. "Uno puede ver a todos los que pasan y ellos lo divisan a uno. Uno puede invitar a alguien para un trago, especialmente mujeres…"

"Para los 'matalanas' (literalmente, 'gente a la cual agrada ser vista') no hay nada más placentero que beber una cerveza en un 'nganda al costado de la calle", dijo Kobo.

Sin embargo, detenerse en un 'nganda puede ser peligroso. "Hace un mes un auto dobló mal la esquina y se estrello contra este mismo bar informal", contó Eveline Samba, una ama de casa. "Mucha gente quedó herida. Por suerte, no murió nadie…"

En su opinión, los 'ngandas son una molestia constante. "Lo que no me gusta es que suenan la música fuerte y durante las 24 horas del día perturbando el sueño de otras personas".

Sin embargo, las autoridades municipales no han dado señales que pretendan regular tanto a los vendedores callejeros como los 'ngandas, especialmente porque pagan tasas a la comuna aunque pertenezcan al sector informal.

"La oficina del alcalde no dirá nada mientras paguemos los impuestos", dijo Kembo. "Por lo menos nos cobra menos que a la gente que vende dentro del mercado…" (FIN/IPS/tra- en/nrn/kb/ego/pr-if).

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