El sector minero de Chile crecerá este año en 13,2 por ciento, tasa que casi duplicará el incremento de 7,2 por ciento registrado en 1995, según un informe empresarial difundido hoy.
El estudio, de la Cámara de Comercio de Santiago, califica de espectacular la expansión que tendrá la minería, respaldada fundamentalmente por aumentos en la producción de cobre, y en menor medida en la extracción de oro y plata.
La influencia motriz del cobre en la economía chilena podría verse, sin embargo, morigerada en el mediano plazo, a raíz de las dificultades que se observan en el mercado internacional de esta materia prima.
En las proyecciones de la cámara, el sector minero se perfila este año como el más dinámico de Chile, que de acuerdo al estudio tendrá en 1996 un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 7,3 por ciento.
Esta estimación sobrepasa a la trazada a fines de junio por el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, quien corrigió la meta oficial anterior de un crecimiento del PIB de 6,5 por ciento para reprogramarla en siete por ciento.
En 1995 Chile tuvo la mayor tasa de crecimiento del PIB de América Latina, con 8,5 por ciento, pero este año se tiende a moderar la expansión, provilegiando el objetivo de reducir a 6,5 por ciento la inflación, que en 1995 fue de 8,2 por ciento.
En la proyección sectorial de la Cámara de Comercio de Santiago, la construcción crecerá este año 11 por ciento, ubicándose detrás de la minería y superando a las actividades de transporte y telecomunicaciones (9,0) y comerciales (8,7 por ciento).
La minería del cobre tendrá una expansión superior a 15 por ciento, en tanto las explotaciones de oro, plata y otros minerales tendrán incrementos en su producción en torno a 10 por ciento.
Los espectaculares resultados que se prevé para la actividad cuprífera reflejan la maduración de importantes inversiones externas en los últimos años, que se focalizaron en el desarrollo de nuevos yacimientos.
De esta forma, se consolida el carácter de Chile como primer productor y exportador mundial del llamado metal rojo con una extracción en 1995 del orden de los 2,5 millones de toneladas.
Las inversiones en nuevos yacimientos se vieron estimuladas por los incrementos del precio del cobre en los mercados internacionales, que entre 1994 y 1995 subieron de un promedio de 105 centavos de dólar la libra a 133 centavos.
Este factor de atracción decayó parcialmente en los primeros meses de este año, a raíz de un exceso de oferta y tendió a una recuperación en mayo, antes de la debacle provocada en las cotizaciones por el "efecto Sumitomo".
Las millonarias pérdidas provocadas a la empresa japonesa Sumitomo por maniobras especulativas desestabilizaron el mercado del cobre y el precio en la Bolsa de Metales de Londrés cayó en junio a un promedio de sólo 98,6 centavos de dólar la libra.
La baja persiste en el presente mes, que registra un precio promedio en torno a los 85 centavos de dólar, contrariando a quienes señalaban en junio que el "efecto Sumitomo" sería muy transitorio.
Las últimas reacciones, sobre todo entre los productores de cobre de Estados Unidos, reflejan temores de que las cotizaciones seguirán decayendo a niveles que el diario Financial Times calificó de "catastróficos".
Estos elementos hacen prever que la expansión en 1996 de la actividad minera en Chile, que tiene como eje al cobre, difícilmente se prolongará en 1997, salvo que el mercado se estabilice en los próximos meses. (FIN/IPS/ggr/dg/if/96
