ambiental ante los altos índices de contaminación atmosférica que alcanzaron grados peligrosos para la salud humana.
La preemergencia, que ya fue establecida el 10 de junio en esta urbe de casi cinco millones de habitantes, implica aumentar las restricciones a la circulación de automotores y paralizar industrias calificadas como fuentes de alta contaminación.
La medida se hará más frecuente en el futuro, una vez que el gobierno del presidente Eduardo Frei emita nuevas normas para rebajar de 300 a 200 los índices de mala calidad del aire que determinan un estado de alarma ambiental.
En una de las estaciones de medición de Santiago se registró el jueves el índice de 400 partículas contaminantes por metro cúbico de aire, superando ampliamente la cota crítica de 300 y acercándose a la calificación de peligro.
La situación se vio ratificada por un incremento, similar al de junio, de las consultas de emergencia en los hospitales pediátricos de menores que presentaron afecciones respiratorias.
La restricción al tránsito vehícular, que habitualmente afecta a 20 por ciento del parque automotor entre abril y diciembre, fue ampliada este viernes a 40 por ciento en el perímetro céntrico de la capital en virtud de la preemergencia.
Del mismo modo, se limitó la actividad productiva de 169 industrias y se recomendó la suspensión de actividades físicas en los colegios e igualmente que las personas ancianas y recién nacidas no concurran al centro de Santiago.
Este segundo estado de preemergencia coincidió con la difusión de los resultados de una encuesta en que 88 por ciento de los santiaguinos se declaró afectado por el "smog" y 58 por ciento calificó de malas las medidas del gobierno frente al problema.
En contraste con la crítica a las autoridades que encierran esos porcentajes, en la misma encuesta 53 por ciento de los santiaguinos aprobaron la gestión del gobierno del presidente Eduardo Frei, mientras en el resto del país la aprobación fue de 59 por ciento.
A comienzos de junio las autoridades emitieron un decreto que declaró a Santiago "zona saturada de contaminantes", considerando tanto los índices de concentración de ozono y otros gases, así como de partículas de polvo, plomo y monóxido de carbono.
A partir de esa declaración, el gobierno podrá reformular un plan de descontaminación de la Región Metropolitana, con metas precisas en áreas como la energía, el transporte y la planificación urbana en una perspectiva de mediano y largo plazo.
En lo inmediato, el carácter de zona saturada permite "endurecer" los criterios para decretar estados de alerta y preemergencia, durante episodios críticos de contaminación, frecuentes en el invierno cuando coinciden bajas temperaturas con ausencias de lluvias.
El decreto para estos efectos está sometido desde el día 5 al examen del Ministerio Secretaría General de Gobierno, del cual depende la Comisión Nacional del Medio Ambiente. (FIN/IPS/ggr/dg/en/96