Los ingenieros caribeños afirman haber encontrado una forma de reducir la vulnerabilidad de los países de la región a la furia de los huracanes.
El plan consistirá en la puesta en práctica de códigos apropiados de construcción, adecuados a una región que es proclive a sufrir desastres naturales entre los que se cuentan, además de los huracanes, terremotos e inundaciones.
El secreto, según los ingenieros, descansa en una banda metálica especial que puede ser obtenida al costo de dos dólares por unidad.
Esta banda será usada para sujetar las paredes a los cimientos, las paredes entre sí y las paredes con los techos. Ello reforzará la resistencia de los edificios a la fuerza de los vientos huracanados que suelen azotar a la región.
Un reciente estudio encargado por los gobiernos del Caribe después de los devastadores huracanes que ocurrieron a partir de 1988, comprobó que esta simple técnica podría ahorrar a los países millones de dólares en reparaciones de edificios.
Las compañías de seguros pagaron enormes sumas a raíz del huracán Gilbert, que en 1988 devastó el norte del Caribe, y del huracán Hugo, que en 1989 azotó al Caribe oriental.
Más de la mitad de las casas de Antigua perdieron sus techos en el huracán Luis, lo mismo que ocurrió en St. Kitts-Nevis. En ese país, el gobierno debió asignar 10 millones de dólares a la reparación de viviendas.
Los ejecutivos de seguros entienden que su negocio podría hacer crisis si no se reduce el número de edificios vulnerables, según informó Dennis Lalor, presidente de la Compañía de Seguros de las Indias Occidentales, con sede en Jamaica.
En 1994, los gobiernos del Caribe pidieron a Lalor que presidiera un comité para estudiar el tema de Seguros y Reaseguros de Catástrofes, en vista del aumento de los huracanes de mayor gravedad en cada estación anual.
Lalor presentó el informe a los gobernantes de la región a principios de este mes.
El informe encontró que la idea más barata es la introducción de la banda metálica, además de ser la solución más simple y rápida para reforzar los edificios, la mayoría de los cuales pierden sus techos y paredes ante cualquier viento de entidad.
Algunos observadores, en cambio, se muestran sorprendidos de que en una región tan proclive a los huracanes, este simple sistema no haya sido puesto en práctica mucho antes. Lalor dijo que ha sido el aumento de reclamaciones lo que ha empujado a todos en la dirección correcta. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/en/96
