El gobierno camboyano está haciendo preparativos adelantados para las elecciones generales previstas en 1998, pero la financiación exterior requerida solo se materializará si la coalición en el poder garantiza una votación limpia.
A comienzos de mayo las autoridades de Phnom Penh pidieron formalmente asistencia al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) para realizar una elección de 1.500 jefes comunales en 1997, y tambien una consulta nacional prevista para 1998.
La solicitud por 31 millones de dólares en "asistencia técnica", que incluye equipos e instrumental de monitoreo, se encuentra a consideración en Nueva york del departamento de asuntos políticos de la ONU.
Muchos observadores, incluyendo Khmer y ONGs estranjeras, afirman que la asistencia es vital para Camboya, devastada por 20 años de guerra dentro y fuera de sus fronteras, a fin que continúe su avance hacia la democracia y realice elecciones libres.
Según fuentes en Phnom Penh, la ONU está preocupada por lo que considera un apoyo poco entusiasta a las elecciones por parte de algunos miembros del gobierno.
Francese Vendrell, funcionario del departamento Asia Oriental- Pacífico de la ONU, realizó una discreta visita a Camboya recientemente y dejó en claro que el organismo mundial no deseaba verse involucrado en comicios fraudulentos.
Esos temores se vieron reforzados por el último choque político entre la coalición gobernante, incluyendo el realista FUNCINPEC, y el Partido Popular Camboyano (PPC-ex comunista).
La agitada tensión entre las dos agrupaciones estalló en mayo cuando el primer ministro y líder de FUNCINPEC, Norodom Ranarridh, amenazó con retirarse de la coalición y acusó al jefe del PPC y viceprimer ministro, Hun Sen, de no cumplir con el compromiso de coparticipación del poder.
Hun Sen advirtió que usaría la fuerza militar para preservar al actual gobierno y dió pábulo a rumores de golpe de estado.
Si bien ambos líderes se comprometieron luego de mantener la coalición hasta 1998, la disputa en marcha está paralizando la marcha del gobierno.
Grupos de derechos humanos denunciaron que, juntamente con la tensión política, impera un clima de temor e intimidación.
El principal incidente ocurrió en mayo, cuando el editor de un diario opositor fue asesinado a balazos en pleno día por desconocidos en el centro de Phnom Penh. Se trató del cuarto periodista abatido desde 1993 y su muerte fue calificada por los operadores humanitarios como "asesinato político".
Tambien hay preopcupación en la ONU y entre donantes internacionales sobre la falta de un marco institucional apropiado para las elecciones.
Thomas Hammerberg, nuevo representante especial de la ONU sobre derechos humanos en Camboya, declaró que "hay urgente necesidad de un marco legal para proteger la libertad de las elecciones". Agregó que la legislación necesaria para el comicio todavía no está terminada.
Un proyecto de ley estableciendo el procedimiento del voto comunal en 1997 aún debe ser completado, en tanto otra controvertida ley que define la nacionalidad camboyana y es crucial para el registro de electores, continúa en discusión.
Tambien están pendientes normas para el registro de partidos. Hasta el momento, el Ministerio del Interior ha prohibido a todos los partidos que no están representados en el parlamento de abrir oficinas electorales fuera de Phnom Penh.
El representante de la ONU tambien señaló el problema de la politización de la policía y los militares que deben garantizar el comicio, y el hecho que el poder judicial está integrado casi en su totalidad por personas nombradas por el PPC antes de la última elección.
Camboya tiene más de 135 jueces, en su mayoría designados por el PPC entonces apoyado por Vietnam, que gobernó el país hasta que asumió el poder en 1991 la Autoridad de Transición de la ONU en Camboya (UNTAC).
A pesar de eso, ONGs camboyanas y grupos humanitarios, que ya suman alrededor de 200, continúan los preparativos para el comicio, incluyendo la creación de comisiones independientes de monitoreo y un prograna nacional de educación para votantes.
"El gobierno camboyano dijo que seguirá adelante (con las elecciones) y eso debería ser suficiente", dijo Kassie Neou, director del Instituto Camboyano de Derechos Humanos.
Si bien tanto el gobierno Khmer como las ONGs han pedido asistencia internacional, pusieron en claro que no desean una reedición de las elecciones de 1993 patrocinadas por la UNTAC.
"El gobierno Khmer no quiere otra UNTAC y tampoco desea que la ONU conduzca las elecciones. Quiere hacerlo por sí mismo", apuntó Hammerberg.
Hu Sen, quien siempre criticó a Occidente por entrometerse en los asuntos de Camboya, favorece la obtención de asistencia de organismos regionales como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la cual espera integrar a Camboya para el año 2000. (FIN/IPS/tra-en/an/cpg/ego/ip).
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