Ministros de ambiente, de energía y representantes gubernamentales de 150 países iniciaron hoy el debate de una declaración que ratificará los compromisos de reducir las emanaciones de gases que causan el cambio climático.
Los dos proyectos de declaracion final en discusión ignoran los argumentos sostenidos por algunos países petroleros y por empresas transnacionales del sector de la energía, que objetan los diagnósticos sobre la gravedad del cambio climático.
Uno de los borradores en debate fue presentado por el ministro de Ambiente y Turismo de Zimbabwe, Chen Chimutengwende, quien preside la Segunda Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que el viernes próximo concluirá dos semanas de sesiones.
El segundo proyecto fue presentado por los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países industrializados.
El rasgo más saliente de las dos iniciativas es que coinciden en apoyar las conclusiones del Segundo Informe de Evaluación presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).
El estudio del IPCC, respaldado por más de 2.000 científicos, verificó que en la alteración del clima y en el aumento de la temperatura de la Tierra existe influencia humana perceptible.
La constatación del IPCC fue rebatida por algunos científicos de Estados Unidos que entablaron una polémica en la prensa internacional.
La organización ambientalista internacional Greenpeace sostuvo que los ataques al informe del IPCC respondían a una campaña de "la industria de combustibles fósiles" y de miembros de la Organización de Paises Exportadores de Petróleo (OPEP).
Pero los dos proyectos de declaración final de la Conferencia reconocen al informe del IPCC como la mejor evaluación de la información científica y técnica sobre cambio climático.
A diferencia del proyecto avalado por los países de la OCDE, la iniciativa de Chimutengwende contiene una referencia a las distintas responsabilidades que caben a países en desarrollo e industrializados en el efecto del cambio climático.
El borrador del zimbabwense, respaldado por la mayoría de los países en desarrollo, recuerda que la Convención sobre Cambio Climático estipula que los países industrializados deberían tomar la iniciativa en el combate a las alteraciones del clima.
La misma propuesta observa que deberán atenderse prioridades, objetivos y circunstancias específicas del desarrollo nacional y regional.
Los dos proyectos expresan preocupación porque algunos países industrializados deben hacer mayores esfuerzos para superar las dificultades que les impiden cumplir con sus compromisos de reducir en el año 2000 sus emisiones de gases de efecto invernadero a los niveles que tenían en 1990.
La Primera Conferencia de las Partes de la Convención, realizada en Berlín en 1995, determinó que esa meta de los países desarrollados era insuficiente para alcanzar la reducción de los gases.
La misma Conferencia encomendó al Comité Ad Hoc sobre el Mandato de Berlín (AGBM) que elaborara nuevas propuestas para combatir el calentamiento terrestre.
El diplomático argentino Raúl Estrada Oyuela, presidente del AGBM, indicó que las dos propuestas de declaración recomiendan a los países miembros que aceleren las negociaciones para la redacción de un instrumento legal que consolide los compromisos de combate al cambio climático.
Las negociaciones del Comité se realizarán en diciembre próximo y sus conclusiones serán sometidas a la Tercera Conferencia de la Partes, que sesionará en Kyoto, Japón, en diciembre de 1997.
Las deliberaciones de la Segunda Conferencia recibieron este miércoles un impulso con el anuncio del Subsecretario de Estado para Asuntos Globales de Estados Unidos, Timothy Wirth, de que su gobierno respalda la fijación de metas obligatorias para la reducción de las emisiones de gases.
Greenpeace saludó el anuncio estadounidense, pero criticó a Hirth porque omitió respaldar las propuestas concretas de reducción de emisiones.
La organización ambientalista comparte la iniciativa de los estados isleños, que reclaman a los países industrializados una reducción de 20 por ciento de sus emisiones de dióxido de carbono para el año 2005.
El vicepresidente de Guatemala, Luis Flores Asturias, quién habló en la sesión plenaria de la fecha en nombre de los países centroamericanos, declaró su apoyo al proceso iniciado con el mandato de Berlín.
Flores Asturias pidió la adopción de un protocolo u otro instrumento legal que establezca retos de reducción cuantificables, verificables y con plazos determinados.
Entre los países europeos existen posiciones divergentes respecto a las reducciones del área industrializada.
Alemania, por ejemplo, auspicia reducciones de dióxido de carbono de 15 a 20 por ciento para el año 2010. En cambio, Francia y Gran Bretaña se rehusan a asumir compromisos de esa magnitud. (FIN/IPS/pc/ag/en/96