El presidente de Burundi, Sylvestre Ntibantunganya, se refugió en la embajada estadounidense en Bujumbura, segun noticias captadas aquí desde la capital de esa nación centroafricana.
Otros líderes hutu se han ocultado tras signos de una creciente tensión en la capital de Burundi.
No quedó en claro el motivo por el cual Ntibantunganya escapó a la embajada el miércoles, si bien pudo estar ligado a una votación verbal de censura contra el mandatario formulada por la Unión por el Progreso Nacional (UPRONA), con mayoría tutsi, que es socia minoritaria en la coalición que gobierna Burundi.
El miércoles, el titular de UPRONA, Charles Mukasi, declaró a la prensa en Bujumbura que su partido ya no consideraba más a Ntibantunganya como el presidente de Burundi, e impugnaba el acuerdo de 1994 que llevó a la formación de la alianza gubernamental.
También el miércoles, jóvenes tutsi marcharon en formación militar por las calles de Bujumbura y, el día antes, tambien el miércoles, Ntibantunganya había sido apedreado por estudiantes cuando asistió al funeral de 340 tutsi masacrados el sábado por rebeldes hutus en la zona central del país.
Mukasi dijo que UPRONA estaba buscando otros socios para formar un nuevo gobierno que reemplace a la coalición, la cual duró 22 meses y estuvo formada por el Frente por la Democracia en Burundi (FRODEBU), de Ntibantunganya, y 11 ex partidos opositores encabezados por UPRONA.
El gobierno fue formado en septiembre de 1994, en un esfuerzo para resolver la crisis que siguió al asesinato del primer presidente hutu del país, Melchior Ndadaye, en octubre de 1993, muerto durante un abortado golpe de una sección del ejército, controlado por tutsis.
Desde entonces perecieron alrededor de 150.000 personas, incluyendo alrededor de 100.000 en los primeros tres meses posteriores a la muerte de Ndadaye, algunos tutsis masacrados por hutus, y otros, hutus abatidos por el ejército.
Si bien se creyó que la formación de la coalición de gobierno ayudaría a contener la violencia, demostró ser tan incapaz como la anterior administración del FRODEBU, cuya elección a mediados de 1993 puso fín a décadas de regímenes militares.
Desde su instalación, la alianza se vió plagada por disputas entre FRODEBU y sus socios tutsis, algunos de los cuales acusaron recientemente a Ntibantunganya de simpatizar con rebeldes hutus basados en Zaire.
Los rebeldes, en cambio, denunciaron repetidamente a Ntibantunganya de ceder a las presiones de los antiguos partidos opositores y el ejército. Contrarios a la coalición desde el primer momento, afirmaron que estaba en contra de la voluntad popular que en 1993 consagró el triunfo del FRODEBU en Burundi.
Los combates entre el ejército y los insurgentes se intensificaron este año y ambos bandos se acusaron mutuamente de perpetrar matanzas de civiles.
La inestable situación en Burundi dió lugar a una cumbre de líderes de Africa Central y Oriental en junio en Arusha, donde se aprobó un plan para enviar una fuerza de paz a ese país.
Sin embargo, el plan endosado por la Organización de la Unidad Africana (OUA) a comienzos de julio, chocó contra la oposición de políticos y militares tutsis. (FIN/IPS/tra-en/rm/kb/ego/ip).
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