BURUNDI: Ministro advierte que el golpe puede causar un genocidio

El golpe de estado que depuso hoy en Burundi al presidente Sylvestre Ntibantunganya puede producir otro genocidio como en la vecina Ruanda, donde murieron más de 500.000 personas hace dos años, previno en esta ciudad un alto miembro del gobierno derrocado.

El ministro de Justicia burundiano Gerard Ngendabanka reclamó este jueves en Ginebra "la intervención de todos los hombres de buena voluntad" para impedir una nueva matanza.

Ngendabanka estimó que "no conducirá a nada" el alzamiento militar, que instaló en el poder en Bujumbura al ex presidente de facto Pierre Buyoya.

La tensión de las últimas semanas en la nación africana precipitó este jueves con el anuncio del ministro de Defensa burundiano coronel Firmin Sinzoyiheba de la designación del mayor Buyoya como presidente.

El coronel Sinzoyiheba, que comanda el ejército dominado por minoría étnica tutsi, justificó la sublevación militar con el argumento de que la inseguridad se enseñoreaba del país y que el gobierno era incapaz de ejercer el poder.

El jefe militar sostuvo que el presidente Ntibantunganya, de la etnia mayoritaria hutu, "renunció de hecho" al refugiarse el martes en la embajada de Estados Unidos en Bujumbura.

El gobierno interino del presidente Buyoya dispuso la suspensión de la Asamlea Nacional (poder legislativo) y de los partidos políticos. También se advirtió que están prohibidas las manifestaciones cívicas y las huelgas obreras.

La inestabilidad de Burundi se acentuó desde el asesinato, el 21 de octubre de 1993, de Melchior Ndadaye, el primer hutu en llegar a la presidencia.

Uno de los derrotados por Ndadaye, en las elecciones presidenciales de junio de 1993, fue precisamente el mayor Buyoya, de la etnia tutsi.

Buyoya ya había ocupado anteriormente la presidencia de facto de Burundi, entre 1987 y la normalización democrática de 1993, con las primeras elecciones pluralistas que permitieron el acceso al poder de la mayoría hutu.

Pero desde el asesinato de Ndadaye, los enfrentamientos entre las etnias convulsionaron al país y ocasionaron hasta ahora más de 50.000 muertes.

El relator especial para Burundi de la Organización de las naciones Unidas (ONU), el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, había advertido la semana pasada que la situación en el país africano era "insostenible".

Al retorno de un viaje a Burundi, Pinhero describió que las milicias tutsis se mostraban cada día más agresivas, mientras numerosos hutus desalojados de Bujumbura se unían a las fuerzas rebeldes en las provincias.

En el interior, agregó el informante, los desplazados tutsis se sumaban a los militares con el propósito de saquear las comunidades de hutus.

El ministro Ngendabanka expresó preocupación "porque ya hay una enorme cantidad de gente inocente asesinada".

Ngendabanka visitó este jueves al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el ecuatoriano José Ayala Lasso. (FIN/IPS/pc/dg/ip/96

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