BOSNIA-HERZEGOVINA: Peligra restauración del Estado multiétnico

El gobierno de Bosnia-Herzegovina, de mayoría musulmana, ha hecho escasos esfuerzos por cumplir con el compromiso formal de apoyar la reconstrucción de un país multiétnico, y en cambio ha tolerado el hostigamiento de los serbios sin condenarlo ni perseguirlo.

Fuentes diplomáticas opinan que la dureza de esta posición es consecuencia del largo tiempo que Occidente esperó para sacar del poder al líder serbobosnio Radovan Karadzic, acusado de crímenes de guerra, pero también advierten que la actitud gubernamental ha hecho más probable la partición del país.

La perspectiva de partición podría dar motivo a nuevas hostilidades una vez que las tropas de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) abandonen Bosnia-Herzegovina al terminar este año.

"Si aquellos que proclaman su apoyo al Estado multinacional no pasan de prestar a ese ideal un servicio verbal, entonces la convivencia no será alcanzada", dijo Michael Steiner, alterno del Alto Representante para Bosnia-Herzegovina, Carl Bildt.

"No pueden esperar que el mundo internacional logre esta meta por sí mismo", previno el funcionario. "No obstante, estoy convencido de que cualquier partición del país no significará otra cosa que la guerra", añadió.

La oficina de Bildt, encargada de hacer cumplir los aspectos civiles de los tratados de paz negociados en Dayton (Ohio), ha hecho saber su preocupación por la continua intimidación de unos 8.000 serbios bosnios en suburbios de Sarajevo.

Esos barrios periféricos de la capital, antes dominados por los serbios bosnios, volvieron a quedar bajo el control del gobierno bosnio musulmán en la primavera pasada.

Unos 60.000 serbios huyeron en ese momento, abandonando hogares y establecimientos productivos, y posteriormente las autoridades bosnias estimularon la instalación de refugiados musulmanes en esos lugares.

Unos 25.000 refugiados han respondido hasta el momento a esa invitación, llegando a los abandonados barrios sin dinero ni una pieza de mobiliario.

En la lógica de delito y represalia que ha marcado el tono del conflicto, estos refugiados consideran normal el pillaje de las viviendas dejadas por los serbios, quienes a su vez huyeron llevándose refrigeradores, cocinas, televisores, muebles, y hasta pilas y bañeras.

Algunos serbios han regresado después de breves ausencias, encontrándose con musulmanes instalados en sus hogares. Es poco lo que la policía dirigida por musulmanes ha hecho en los suburbios para detener el robo y la intimidación, mientras los miembros del gobierno bosnio guardaban silencio.

"Fue mucho lo que se nos dijo para que permaneciéramos aquí", dijo Dusan Sehovac, secretario general de la Iniciativa Democrática Serbia de Sarajevo, una organización que lucha por los derechos de los serbios que viven en los suburbios.

"Creímos en esas palabras, creímos en la idea de terminar con la guerra y restaurar la mezcla multiétnica de Bosnia-Herzegovina. Pero no vemos otra cosa que ataques a nosotros y a nuestras propiedades", agregó.

La Iniciativa recibe decenas de denuncias cada semana, que van desde el simple robo hasta las amenazas verbales, e incluso los ataques físicos. Las denuncias son pasadas a la policía de la Federación musulmano-croata, oficialmente responsable de aplicar la ley en los suburbios.

"Pero no ocurre nada, nadie ha sido arrestado", dijo Sehovac. "Se trata de un intento organizado por el SDA (el gobernante Partido de Acción Democrática, musulmán) para hacer de Sarajevo una ciudad dominada por los musulmanes".

Los dirigentes del SDA admitieron estar reinstalando refugiados musulmanes en los suburbios. "Como partido y como seres humanos, nos encontramos en un gran dilema", dijo Mirsad Ceman, secretario general del partido.

"Existe una gran cantidad de refugiados de los territorios ocupados por los serbios, que han vivido varios años en centros colectivos, y a la vez tenemos todas esas viviendas libres alrededor de Sarajevo", explicó.

"Simplemente, no nos parece posible prohibirles que se muden a esas casas, al menos temporariamente, aunque ello sea un acto contrario a nuestra política general", concluyó Ceman.

Al referirse al tema de la intimidación a los serbios, Steiner afirmó que el problema fue causado por el propio Karadzic, quien hasta ahora ha logrado evitar la ejecución de cláusulas cruciales de los acuerdos de paz, tales como la libertad de movimientos y el retorno de los dos millones de refugiados.

Karadzic fue oficialmente expulsado del escenario político la semana pasada, pero de forma no oficial los serbios bosnios dejan en claro que su influencia y su "visión" siguen guiando la política de la República Serbia de Bosnia.

"La presencia de Karadzic también envenenó este lado (en referencia al gobierno bosnio), reforzando la posición de los más duros", explicó Steiner.

"Las autoridades de Sarajevo tienen la sensación de que Pale (el bastión de Karadzic) ha conseguido lo que quería: la República Serbia", dijo el funcionario.

"En cambio, el gobierno se siente con las manos vacías porque Pale se niega a cooperar en la tarea de preservar la unidad del Estado de Bosnia-Herzegovina, y a permitir el regreso de los refugiados".

Antes de la intervención del diplomático estadounidense Richard Holbrooke, quien la semana pasada forzó la dimisión formal de Karadzic, el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra había requerido la captura de Karadzic y de su jefe militar, general Ratko Mladic.

Pese a ello, aún no existen señales de que las tropas de la OTAN estén a punto de arrestarles, lo cual también impediría que Karadzic continuara ejerciendo su perniciosa influencia. (FIN/IPS/tra-en/as/rj/arl/ip/96

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