Soldados de los países del Báltico y Estados Unidos concluyeron la semana pasada las más importantes maniobras militares realizadas en la región desde que la antigua Unión Soviética retiró sus tropas de allí. Pero desde Rusia se levantó una oleadas de críticas a los ejercicios.
Unos 320 soldados del Segundo Cuerpo de Marines y de los voluntarios de la Guardia Nacional de Maryland, Michigan y Pennsylvania se unieron al ejercicio, que costó unos tres millones de dólares costeados en su mayoría por Estados Unidos.
Apenas poco más de 700 soldados de Estonia, Letonia y Lituania participaron en los juegos de guerra, denominados Desafío Báltico 96, desarrollados entre los días 11 y 18.
"Esto ha demostrado que las tropas de los tres países pueden cooperar con éxito y cumplir todas las tareas militares", dijo el primer ministro de Letonia, Andrej Krastinsh.
El ejercicio conjunto, efectuado a través del programa Socios por la Paz (PFP) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), coincidió con un ejercicio naval en el que intervinieron 15 embarcaciones de Estonia, Letonia y Lituania en la bahía de Riga.
Los ejercicios de tierra tuvieron por fin el entrenamiento de soldados para misiones de mantenimiento de la paz e incluyeron protección de convoyes, eliminación de minas y operaciones contra francotiradores.
Pero la principal meta de las maniobras, de acuerdo con las Fuerzas Armadas de Letonia, fue el desarrollo de la capacidad de cooperación entre los cuatro países.
Rusia se manifestó crítica respecto de los ejercicios, que se desarrollaron en un área considerada durante la guerra fría como la frontera entre el mundo socialista y Occidente. Desafío Báltico tuvo por escenario la otrora principal base de entrenamiento militar soviética en el Báltico.
Pero, en las declaraciones oficiales, Rusia fue cautelosa. "Si fueran tropas de la OTAN, mi opinión sería negativa, pero si Estados Unidos vino aquí con el propósito de enseñar, está bien", dijo el agregado militar de Moscúa en Riga, coronel Nikolai Samuilenkov.
En cambio, la reacción del ultranacionalista, marginal aunque influyente Partido Liberal Democrático de Rusia, liderado por Vladimir Zhirinovsky, fue incendiaria.
"Por primera vez desde 1918, un soldado estadounidense marcha sobre tierra rusa", reza una declaración emitida por el partido en Moscú. Zhirinovsky advirtió que Rusia podría sufrir un bloqueo petrolero si los países bálticos llegaban lejos en su romance con la OTAN.
Estonia, Letonia y Lituania han pedido el ingreso a la OTAN desde que se separaron de la Unión Soviética en 1991. Como socios del PFP, los tres países pueden recibir asistencia técnica y entrenamiento, pero no garantías en materia de seguridad.
Pero las naciones bálticas no tienen expectativas a corto plazo de ingresar a la alianza, pues recién en 1998 se integrarán la República Checa, Polonia y Hungría.
De todos modos, soldados de las tres repúblicas ex soviéticas integraron un batallón conjunto desplegado en las operaciones de mantenimiento de la paz bajo el comando de la OTAN en Bosnia- Herzegovina.
"La ejecución de estos ejercicios es la mejor demostración de que los países bálticos se esfuerzan en pro de los mismos valores que unen a los miembros de la OTAN", dijo el presidente de Letonia, Guntis Ulmanis.
"La posición común de los estados del Báltico en materia de seguridad y defensa deviene en las gestiones por convertirnos en miembros en pie de igualdad en el sistema de seguridad de Europa", agregó Ulmanis.
A pesar de que el embajador de Estados Unidos en Letonia, Larry Napper, declaró públicamente que el ejercicio tenía como uno de sus objetivos lograr "transparencia" en los planes de expansión de la OTAN en el Báltico, Rusia continúa profundamente preocupada.
La razón de esa preocupación es las implicaciones derivadas de una fuerte presencia militar de Estados Unidos y la OTAN en un territorio considerado clave para su defensa.
El presidente de Rusia, Boris Yeltsin, envió este mes una carta a su par de Estados Unidos, Bill Clinton, en la que atacaba la intención de los países bálticos de asociarse a la OTAN y el "limbo legal" en que viven los ciudadanos rusos en esos estados.
Estonia, Letonia y Lituania se apresuraron a calificar la misiva como una interferencia indebida en sus asuntos internos. "Esto nos hace pensar que Rusia se resiste a respetar los derecho de los países bálticos independientes", dijo el canciller de Letonia.
Clinton dijo el mes pasado en Washington a Ulmanis y a sus pares de Lituania y Estonia, Algirdas Brazauskas y Lennart Meri, que los tres países no tenían ninguna garantía de integrarse en el corto plazo a la OTAN, antes del ingreso de la República Checa, Hungría y Polonia.
Ulmanis dijo que la región báltica es "uno de los puntos más inseguros en la esfera de la seguridad europea". Tanto Clinton como su rival en las elecciones de diciembre, Bob Dole, consideran a los tres países como posibles socios de la alianza.
Esta simpatía expresa no impidió que el mes pasado Estados Unidos y Rusia firmaran un memorándum de "entendimiento mutuo" que permite a Moscú incrementar su presencia militar en la región de Pskov, en la frontera con Letonia. (FIN/IPS/tra- en/am/mom/rj/mj/ip/96