Los gobiernos del Sudeste Asiático soslayan a menudo el delicado tema de los derechos humanos, pero si los grupos de activistas logran abrirse camino la cuestión podría ubicarse entre las prioridades urgentes de la región.
En el frenesí de conversaciones diplomáticas entre gobiernos, los funcionarios de las comisiones regionales de derechos humanos encontraron a los ministros de Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) para proponer la creación de un mecanismo regional de derechos humanos.
"Estamos tratando de renovar la atención de ASEAN sobre la importancia de encauzar nuevamente el problema", declaró Marzuki Darusman, vicepresidente de la Comisión Indonesia sobre Derechos Humanos.
Marzuki dijo que los funcionarios promovieron la reunión para urgir el cumplimiento del compromiso asumido en 1993 sobre ese mecanismo con el comunicado ministerial de ese año, cuando se realizó en Viena la Conferencia sobre Derechos Humanos.
"No se ha logrado nada más desde 1993, excepto para algunas comisiones individuales que han seguido adelante. Lo que estamos tratando es de impulsar el proceso hacia el establecimiento de un mecanismo", dijo Marzuki.
Añadió que una vez que grupos gubernamentales y no gubernamentales se familiaricen unos con otros habrá espacio "para el diálogo a fin de iniciar la marcha del proceso…, entonces, veremos qué sucede".
Mientras las conversaciones sobre un mecanismo suenan formales para muchos, el objetivo es brindar a la región un foro definitivo para discutir problemas de derechos humanos, algo que actualmente no existe.
La cuestion humanitaria a menudo desata un debate en la región sobre si existe una definición asiática u occidental. La semana pasada, el ministro indonesio de Exteriores, Ali Alatas, dijo que los derechos humanos y la democracia son tan importantes para Asia como lo son para Occidente, pero pueden ser diferentes en su forma.
Los miembros de ASEAN a menudo invocan la no interferencia en los asuntos internos de sus vecinos cuando emergen cuestiones de derechos humanos en Birmania o Timor Oriental, en Indonesia.
En efecto, J. Soedjati Djiwandono, del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, opinó que el rechazo de ASEAN para adoptar una línea más dura respecto a Birmania "se debe básicamente al tácito reconocimiento que sus propios antecedentes sobre derechos humanos no son particularmente brillantes".
En la reunión ministerial de ASEAN en 1993, su anfitrión, Singapur, propuso la adopción de una postura regional común sobre derechos humanos. Sin embargo, Tailandia y Filipinas no quisieron comprometerse por temor que una actitud favorable a esa posición se interpretara como una renuncia a su convicción que los derechos individuales -tanto políticos como económicos- son igualmente importantes.
Marzuki apuntó que el mecanismo de derechos humanos no planeaba obtener una definición asiática sobre el tema, que es un concepto universal. "Es un balance entre diferentes tipos de derechos humanos y no queremos dar prioridad a ninguno", aseguró.
Sin embargo, Asmara Nababan, un miembro de la Comisión Indonesia de Derechos Humanos, dijo que "antes ASEAN podía decir que los derechos humanos eran una preocupación occidental, pero ahora no".
Además del organismo indonesio de derechos humanos, a la reunión con ministros de Exteriores asistieron funcionarios de la comisión independiente de derechos humanos de Filipinas y el secretario parlamentario tailandés para derechos humanos.
Los ministros de ASEAN dijeron que estaban abiertos al concepto pero dudaban si ese mecanismo significaría la creación de una entidad semejante a la Comisión Europea sobre Derechos Humanos. "Estamos hablando de discutir el tema incluso sin una organización formal", apuntó Nababan.
Muchos analistas coincidieron que el objetivo es poner los derechos humanos sólidamente en la agenda de ASEAN, aunque se comience con algun aspecto "inofensivo" como el intercambio de visitas de funcionarios.
Funcionarios filipinos aseguraron que no tienen problemas respecto a un mecanismo regional y señalaron que su país es el único en la región que cuenta con un organismo especial previsto en la constitución para tratar temas de derechos humanos.
Blanco de críticas internacionales, el gobierno del presidente indonesio Suharto creó la comision de derechos que comenzó a funcionar en 1993. Su formación estuvo rodeada de esceptisismo pero muchos observadores dicen ahora que logró cierta independencia e incluso ha expresado disenso sobre ciertos asuntos oficiales.
La comisión ya recibe 2.000 quejas por año lo cual es un signo de la creciente perturbación del clima político indonesio. Las denuncias más comunes se refieren a abusos de poder por parte de funcionarios gubernamentales y militares.
Entretanto, cada vez más países están pensando en establecer sus propios organismos de derechos humanos. Thailandia planea su propia comisión, Papua-Nueva Guinea y Sri Lanka tienen en discusión sendos proyectos de ley, y Mongolia está adoptando pasos similares.
Nababan opinó que si Tailandia instalaba su propia comisión en los próximos meses "será una auténtica conquista". Abdullah Badawi, ministro de Exteriores de Malasia, país que será sede de las discusiones de ASEAN en 1997, ya invitó a funcionarios de derechos humanos a otra reunión. (FIN/IPS/tra-en/js/cpg/ego/hd- ip).
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