(Artes y Espectáculos)

Muchos ciudadanos de esta villa de Eslovaquia central abrigan la esperanza de resucitar, aunque tengan que luchar en desventaja, los buenos tiempos en que Banska Stiavnica era un vibrante centro académico.

La alcaldesa Marian Lichner explicó que fue necesario dar tres pasos previos para alcanzar esa ansiada meta.

"El primero fue lograr que nuestra ciudad fuera incluida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) entre los monumentos que forman parte del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad", dijo Lichner.

"El segundo fue recuperar nuestra condición de centro administrativo del distrito", añadió. Una vez alcanzados esos propósitos, la alcaldesa busca ahora el tercero: que la ciudad vuelva a ser un centro académico.

Las minas situadas en el distrito de Banska Stiavnica fueron durante cinco siglos la principal fuente de metales preciosos de Europa central. En el siglo XVIII, el distrito se convirtió en uno de los centros mineros técnicamente más avanzados del mundo.

Fue en este lugar donde se estableció la primera alta escuela de minería de Europa.

En el presente, las minas están agotadas pero subsiste un hermoso centro urbano con singulares monumentos que recuerdan aquellas actividades mineras como testigos de tiempos mejores.

La población de la villa disminuyó en las últimas décadas en más de 50 por ciento, hasta su actual nivel de 11.000 habitantes. La escuela de minería había sido trasladada a Hungría después de la Primera Guerra Mundial.

Los intentos de salvar el viejo centro urbano de las consecuencias de por lo menos medio siglo de abandono comenzaron en 1978, pero la mayoría de los expertos entienden que esos esfuerzos no tuvieron mayor éxito.

"En algunos aspectos la situación es incluso peor ahora de lo que era hace 20 años", opinó Pavol Fabian, un arquitecto que trabaja en la rama local del Instituto de Conservación de Monumentos.

La reconstrucción fue emprendida al estilo que se practicaba en aquellos tiempos de economía centralmente planificada. Se realizó una compra general de edificios y la mayoría de los habitantes fueron transferidos a otras zonas.

"Después de eso se abrió un paréntesis de varios años porque no había una empresa que pudiera o quisiera encargarse de la tarea", explicó Fabian.

Tampoco el reconocimiento de la UNESCO, producido en 1993, produjo ningún cambio inmediato, según el experto. Los visitantes pueden comprobar, al observar la plaza principal, llamada de la Santa Trinidad, que Banska Stiavnica parece una ciudad fantasma.

Además del decaimiento urbanístico, los ciudadanos están preocupados por el deterioro de las condiciones económicas. Muchas industrias han abandonado el distrito en los últimos años.

La sobrevivencia de esta ciudad dependerá del éxito que puedan tener los políticos y administradores locales en base a la promoción del ambiente del lugar, sus monumentos y el notable conjunto urbano.

La alcaldesa busca vender algunos objetos valiosos a inversores potenciales que estén interesados en desarrollar la ciudad y sus alrededores. De hecho ya lo están haciendo algunas firmas que han comenzado a reconstruir sus recién adquiridas propiedades.

Lichner estima que la recuperación del centro histórico de la ciudad costará por lo menos 17 millones de dólares, lo cual está muy lejos de lo que el concejo municipal y las empresas locales son capaces de aportar.

El verdadero sueño de los ciudadanos de Stiavnica, sin embargo, es atraer alguna forma de enseñanza universitaria a esta ciudad, para devolverle la clase de vida juvenil a la que estuvo acostumbrada en tiempos pasados. (FIN/IPS-CEE/tra-en/pf/hvdb/arl/cr/96

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