El ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo, condicionó hoy su permanencia en el gobierno a la aprobación en el Congreso de una serie de cuestionadas medidas de ajuste propuestas para reducir el déficit fiscal.
Cavallo advirtió en un informe difundido este jueves que si el parlamento "desautoriza al Poder Ejecutivo (en sus acciones) para eliminar el déficit sin tomar medidas alternativas, obviamente la actual conducción no podrá seguir manejando la economía".
De esa manera se refirió al debate que surgió a nivel legislativo por la firma de una serie de decretos que prevén la eliminación de asignaciones familiares y otros beneficios a los asalariados y la reducción del presupuesto de salud de los jubilados.
Las medidas, dispuestas para equilibrar el déficit fiscal que en el primer semestre superó los 2.500 millones de dólares, provocaron el rechazo de empresarios, trabajadores y sindicalistas, pero también de parlamentarios opositores y del gobernante Partido Justicialista.
El malestar se profundizó este miércoles cuando Cavallo decidió eliminar una disposición que recortaba los salarios superiores a 2.000 pesos (igual a dólares) en el Ministerio de Economía y otras dependencias oficiales.
El presidente Carlos Menem le recriminó esa medida y el ministro respondió con su rechazo a otra que beneficia a los empleados bancarios.
Cavallo le dijo a Menem que si se firmaba ese decreto se iba del Ministerio y el presidente, según publicó este jueves toda la prensa bonaerense, respondió: "Hacé lo que quieras pero no me amagues más. No me sigas amenazando con la renuncia",
El jefe de gabinete, Jorge Rodriguez, aseguró que "no hubo pelea ni presentación de renuncia de ningún ministro".
La desmentida disputa entre Menem y Cavallo reedita encontronazos de 1995, cuando los rumores de renuncia del ministro eran casi cotidianos.
Pero este año, los síntomas negativos de la economía, en particular la recesión, el desempleo y el déficit fiscal que obliga al ajuste, conforman un clima más enrarecido que el de entonces.
Las encuestas de opinión señalan que ahora la renuncia de Cavallo no sería mal vista por la mayoría de la población, cuando el año pasado todavía se identificaba al ministro con la estabilidad económica conseguida con el Plan de Libre Convertibilidad del Peso adoptado en 1991.
Este jueves, en su informe justificando las medidas que adoptó para revertir el déficit fiscal, superior en 1.000 millones a lo comprometido con el Fondo Monetario Internacional, Cavallo advirtió que sólo con las medidas adoptadas es posible conseguir financiamiento para cubrir ese desequilibrio.
"Si hubiese una solución mejor, que la resuelvan los legisladores pero que sea una solución, no una puesta de cabeza bajo la tierra al estilo del avestruz, porque ya se hizo todo lo posible para recaudar más y no se puede seguir viviendo de ilusiones, hay que vivir de realidades", afirmó.
El ministro aludió así al fracaso de medidas anteriores, como la ofensiva para recaudar 1.200 millones de dólares de impuestos a la riqueza, un esfuerzo que permitió obtener apenas 300 millones de dólares.
Tampoco eludió las trabas del Congreso a sus propuestas de privatizar las centrales nucleares y la presa argentino-paraguaya de Yacyretá, para conseguir los recursos que permitan neutralizar el desbalance.
En el caso de las centrales nucleares, más que el Congreso la oposición vino de los grupos ecologistas y los pobladores de la zona donde se proponía instalar un repositorio que haga atractiva la subasta ante los inversores externos. (FIN/IPS/mv/ag/ip-if/96
