AMERICA CENTRAL-CHILE: ?Podrá el quetzal volar junto al cóndor?

América Central y Chile oficializaron en Costa Rica el inicio de las negociaciones hacia el libre comercio que permitirá al istmo poner un pie en el sur del continente y diversificar la dependencia de sus exportaciones respecto al norte del continente.

"Vemos en el fortalecimiento de las relaciones con Chile no sólo mayor comercio e inversión sino que queremos que nos sirva de amigo, que nos presente a sus socios del Sur", declaró este viernes el presidente de Costa Rica José Figueres al término de la primera reunión de mandatarios de América Central y Chile.

Ambas partes "pueden demostrar, con paciencia pero también apasionada coherencia, que pueden volar juntos el cóndor y el quetzal, y correr unidas la vicuña y el venado», había dicho Figueres al inaugurar el encuentro.

La metáfora utilizada por el presidente de Costa Rica puede emplearse también para explicar los temores que embargan al empresariado centroamericano y que fueron expresados durante esta cumbre.

Así como el cóndor es de un tamaño mucho mayor que el quetzal centroamericano, la economía chilena muestra indicadores mucho más fuertes y estables que los de esta región.

Chile, según las cifras dadas por el presidente Frei, crece desde hace cinco años a un promedio anual de siete por ciento, mientras América Central tuvo en 1995 un crecimiento de tres por ciento.

A esto se suma el hecho de que el crecimiento de las economías centroamericanas es muy desigual. Por ejemplo, El Salvador, el de mayor dinamismo, progresó el año pasado seis por ciento, mientras Nicaragua tuvo un índice negativo de uno por ciento.

Pero los mandatarios no están preocupados por estas desigualdades, quizá convencidos de que si fuera a buscar socios comerciales de su tamaño y capacidad América Central quedaría fuera del tren de la globalización.

Por su parte, los empresarios quieren tomarse con cautela el proceso de negociación del tratado de libre comercio con Chile. A ellos les quita el sueño el tema de la complementariedad y reciprocidad entre las partes.

Por ejemplo, en el encuentro empresarial paralelo a la reunión de mandatarios se señaló que la mayor preocupación radica en la cantidad de tratados de libre comercio que Chile ha firmado con otras regiones.

Estos acuerdos, según los empresarios, les harían perder competitividad frente a los productos que ingresan a Chile de otras latitudes.

Humberto Preti, presidente de la Cámara del Agro de Guatemala, que aglutina a sectores como la caña de azúcar, algodón, soya, ganado y hule, resaltó que los empresarios de la región desean garantía de reciprocidad en las negociaciones con Chile.

Según Preti, el istmo debería firmar un acuerdo de alcance parcial para que los productos que no son complementarios entren a Chile con arancel cero y comenzar las negociaciones para el caso de los productos más sensibles.

Andrés Vincent, primer vicepresidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas de Chile (Asexma), justificó la cautela de los centroamericanos, en vista de las diferencias de realidades entre ambas partes y en el temor a la competitividad.

"El temor a la competencia es el principal factor antiempresarial que tiene una economía protegida", señaló.

Sin embargo, Vincent se mostró convencido de que Chile y América Central llegarán a un acuerdo de complementación económica basado en el mutuo acuerdo y en propósitos comunes.

Para el empresario chileno, el plazo de un año para concretar el tratado de libre comercio entre las dos partes es necesario para asegurar una efectiva protección de las inversiones.

A la vez permitirá analizar el tema de los aranceles, la doble tributación, la cooperación en áreas de interés común como los fondos de pensiones, energía y telecomunicaciones, tres de los sectores más atractivos para la inversión chilena en el istmo.

Marco Vinicio Ruiz, presidente de la Federación de Entidades Privadas de Centroamérica y Panamá (Fedepricap), reconoció la importancia del mercado chileno.

Destacó en ese sentido el reciente acuerdo de libre comercio establecido entre Santiago y los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que permite a Chile acceder a un mercado de 200 millones de habitantes.

Ruiz afirmó que a partir de este primer contacto entre chilenos y centroamericanos los empresarios deben buscar mecanismos que permitan determinar las áreas donde haya una mayor complementaridad de bienes y servicios, como el turismo o las frutas estacionales.

En medio del desconcierto lógico de un primer encuentro, parece haber claridad en que con Chile América Central no quiere sólo libre comercio sino también inversión y cooperación.

Así lo estableció Figueres al explicar que el estrechamiento de relaciones con Chile se basa en cuatro pilares: alianzas estratégicas, la inversión de Chile en el istmo, la creación de un mecanismo de diálogo entre cúpulas empresariales y un marco de cooperación con énfasis en la micro, pequeña y mediana empresa.

Se estima que la suscripción de un acuerdo de libre comercio con Chile, el primero que firmaría la región en conjunto con un socio externo, se podrá hacer dentro de un año, cuando ya debería estar en vigencia un acuerdo similar con México, pero negociado separadamente. (FIN/IPS/mso/dg/if/96)

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