El gobierno brasileño adoptó este jueves medidas legales para contener la deforestación en la Amazonia y reclamó del Banco Mundial los recursos prometidos para la protección de los bosques tropicales del país.
El presidente Fernando Henrique Cardoso firmó una medida provisional (decreto-ley con vigencia de un mes, renovable hasta que sea aprobado por el Congreso) limitando a 20 por ciento el área amazónica que se puede deforestar. El límite anterior era de 50 por ciento.
El monitoreo de instituciones especializadas indica que en 1994 la Amazonia brasileña ya habia perdido 11,8 por ciento de sus bosques.
La medida ratifica "la clara vocación forestal clara" de la región y fija en 80 por ciento la reserva legal boscosa, explicó el ministro de Medio Ambiente Gustavo Krause.
Además se prohibió, por decreto del presidente, que en los próximos dos años se autoricen nuevos planes de extracción de maderas de gran demanda y amenazadas de extinción, como caoba, en la Amazonia.
El objetivo es impedir la ampliación de la desforestación, sin que se recuperen antes las áreas deterioradas, justificó Krause. Las concesiones ya autorizadas serán revisadas y las autoridades ambientales estiman que 80 por ciento serán anuladas.
Esas medidas suceden a informaciones de que empresas malasias, conocidas por la devastación que provocaron en su país y naciones vecinas, están adquiriendo grandes extensiones de tierra en la región amazónica. Las firmas asiáticas apuntarían a buscar nuevas fuentes de madera.
El canciller Luiz Felipe Lampreia se quejó de que los países más ricos del mundo prometieron aportar 1.500 millones de dólares para un programa en favor de los bosques brasileños y que hasta ahora sólo entregaron 20 millones.
La Amazonia brasileña despertó la atención mundial a fines de la década pasada cuando se produjeron numerosos incendios forestales.
Brasil fue blanco de duros ataques de organizaciones ambientalistas, hasta que adoptó medidas preventivas en ese plano. (FIN/IPS/mo/dg/en/96