La defensa del medio ambiente es también una exigencia financiera y los grandes inversores internacionales rechazan países cuya imagen está vinculada a agresiones a la naturaleza, señalaron dos ministros brasileños.
Por ese motivo el gobierno brasileño acaba de adoptar el "Protocolo Verde", por el cual los bancos estatales condicionarán sus financiamientos al cumplimiento de programas de protección ambiental, destacaron los ministros Antonio Kandir, de Planificación, y Gustavo Krause, de Medio Ambiente.
La divulgación de las nuevas normas se hizo durante un seminario sobre cuestiones ambientales, promovido por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), principal institución oficial de fomento.
A partir de ahora, los grandes proyectos industriales, agrícolas y de desarrollo, sólo serán financiados por el BNDES si son ambientalmente sanos, dijo Kandir, quien subrayó que "el desarrollo tiene que ser socialmente justo y no agredir a la naturaleza".
El presidente del BNDES, Luiz Carlos Mendonza de Barros, ejemplificó con el crédito concedido a los productores de cacao, en el nororiental estado de Bahía. Una segunda cuota fue suspendida este año, porque no se cumplían las exigencias ambientales.
El apoyo del banco se destinaba a un programa de combate a la "escoba de la brújula", una enfermedad que desde hace unos años está destruyendo la producción de cacao en Bahía, al punto de que Brasil, entonces el segundo productor mundial, tuvo que importar esa materia prima.
El Protocolo Verde, que el gobierno busca extender a los bancos privados, es un nuevo mecanismo para forzar a las empresas y organismos gubernamentales regionales y locales a que eviten consecuencias ecológicas negativas en sus actividades.
Para los grandes proyectos ya se exige estudios previos de impacto ambiental para su aprobación oficial.
La participación del BNDES tiene gran fuerza porque se trata de la principal fuente de financiación a largo plazo y con intereses más bajos que los bancos privados, especialmente para proyectos industriales y de infraestructura.
Sólo para proyectos de control ambiental, la institución concedió 267 millones de dólares en préstamos durante el primer semestre de este año, en tanto en todo 1995 alcanzaro a 498 millones de dólares.
En los últimos años ese tipo de financiación registra un crecimiento vertical. Se duplicó de 1994 a 1995 y superan los 2.000 millones de dólares desde 1990. (FIN/IPS/mo/ag/if-en/96