El gobierno de Alemania informó con orgullo una reducción de casi 13 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) desde 1990 a 1995, que lo pone en camino para cumplir su compromiso de recortar 25 por ciento esa fuente de contaminación en el 2005.
Pero el Partido Socialdemócrata (SPD), el mayor de oposición, rechazó el informe presentado por la ministra de Medio Ambiente, Angela Merkel. Según el SPD, la emisión de CO2 aumentó cuatro por ciento en la región occidental de Alemania.
Michael Mueller, portavoz socialdemócrata para cuestiones ambientales en el parlamento federal, señaló que el desmoronamiento de la economía de la ex República Democrática Alemana (RDA) determinó, en efecto, una reducción de 50 por ciento de las emisiones de CO2 hasta 1994.
Pero, a partir de entonces, se vuelve a registrar un incremento, aseguró Mueller.
La polémica adquiere especial importancia con motivo de la segunda conferencia de las partes firmantes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se desarrolla en Ginebra.
También, por el hecho de que Alemania se ha pronunciado por una clara y concreta resolución ministerial este viernes, día final de la conferencia, que reúne a representantes de 150 naciones.
El gobierno de Alemania adoptó en 1990 las recomendaciones de una comisión investigadora del parlamento federal y prometió reducir 25 por ciento las emisiones de CO2 en la región occidental y en un porcentaje superior en los estados que conformaron hasta 1989 la RDA.
La ministra Merkel se remitió al Instituto World Watch, según el cual, Alemania es uno de los pocos países que podrá cumplir la meta de reducción de 25 por ciento. Pero para ello tendrá que hacer aún grandes esfuerzos.
Según Merkel, el recorte de emisiones logrado obedece en primer lugar al cierre de centros de producción industrial en la ex RDA, a nuevas disposiciones del gobierno y a medidas adoptadas voluntriamente por las empresas.
La industria productora de energía y de calefacción a larga distancia ofrecen en la actualidad la posibilidad de reducir unas 120 millones de toneladas de CO2, equivalentes a la disminución de 20 por ciento de las emisiones nocivas.
Los hogares pueden ahorrar otros 50 millones de toneladas de dióxido de carbono. A esto hay que añadir la reducción desde 1990 a 1994 de otras sustancias perjudiciales, como el metano (8,2 por ciento) y óxidos nítricos (16,3 por ciento), explicó la ministra a la prensa.
Los socialdemócratas creen que el gobierno de Helmut Kohl no cuenta con una auténtica política de protección del clima. Según afirman, la administración ha cambiado de estrategia y ahora confía en la buena voluntad de los empresarios que, a juicio del SPD, no han llevado a la práctica sus promesas.
Así mismo, señalaron que el dictamen solicitado por el Ministerio de Economía al instituto Prognos AG anuncia que el volumen de las emisiones de CO2 será igual en el 2000 al nivel de 1993.
El SPD considera técnicamente posible reducir 40 por ciento esas emsiones. Por ejemplo, sería factible aumentar la producción de energía solar de 2,3 por ciento a 10 por ciento del consumo energético total en los próximos 10 años.
Mientras, la Asociación de la Industria Petrolera de Alemania (MWV) anunció que la mayoría de las estaciones de gasolina dejarán de vender al público combustible con plomo a partir del próximo otoño septentrional.
Merkel elogió esa medida y agregó que el plomo emitido por los vehículos motorizados disminuyó 80 por ciento en Alemania desde 1985 hasta 1995. Y, consecuentemente, también se redujo el contenido de plomo en la sangre de los alemanes de 80 a 31 nanogramos por mililitro.
En Alemania, un país de 80 millones de habitantes, circulan en la actualidad 40 millones de vehículos motorizados.
Finalmente, los socialdemócratas destacaron que la excesiva emisión de gases invernadero ha aumentado la frecuencia de huracanes en el mar Caribe, provocado la nieve estival en Francia, el calor exagerado en Moscú y el granizo en Toscana, Italia.
De acuerdo con la opinión científica dominante, la presencia en la atmósfera de CO2 y otros gases producidos por la actividad humana provoca el recalentamiento de la Tierra y el deshielo de capas polares, con el consiguiente aumento del nivel de los mares. (FIN/IPS/rc/ff/en/96