Las inversiones directas de Alemania en el extranjero alcanzaron en 1995 la suma record de 32.000 millones de dólares, impulsadas por la fortaleza del marco, y más de la mitad se destinaron a América Latina.
Ese es uno de los resultados más destacados de la encuesta realizada por la Asociación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHT), con sede en Bonn, en colaboración con sus 72 representaciones distribuidas por el mundo entero.
En 1995, las inversiones de Alemania en América Latina aumentaron 2.487 millones de dólares y se situaron en 17.160 millones, de acuerdo con el último informe del Banco Germánico de la América del Sud , que tiene su casa central en Hamburgo.
De la información se desprende que en América Latina y el Caribe se concentró 53,62 por ciento del total de las inversiones alemanas directas en el exterior. A Brasil correspondieron 9.686 millones de dólares.
La DIHT observó que, además de los grandes consorcios, también invierten cada vez más en el extranjero las medianas empresas germanas.
La industria y la banca son los sectores preferidos por los inversores alemanes que, en cambio, tienen escasa presencia en los servicios, como el comercio mayorista.
La tendencia a invertir en el exterior crece desde 1994 y continuará este año, aunque de forma más lenta, anunció la DIHT.
El país predilecto de los industriales alemanes para invertir en empresas o adquirirlas continúa siendo Estados Unidos y luego figuran Gran Bretaña, Francia y Holanda, comprobó la Compañía Internacional de Asesoramiento y Control Económico (KPMG), de Berlín.
Los inversores alemanes compraron en los primeros seis meses de este año 204 empresas extranjeras, por un monto de 10.600 millones de dólares. Esto significa un notable descenso, ya que en igual periodo de 1995, fueron adquiridas 264 compañías, por 16.900 millones de dólares.
El sector de mayor inversión es la industria química, incluída la producción de fármacos.
Mientras, los inversores extranjeros, sobre todo estadounidenses, británicos y holandeses, compraron en Alemania 137 empresas en el primer semestre de 1996, principalmente de servicios y comercio, por un total de 2.100 millones de dólares, informó Richard Markus, portavoz de la KPMG.
Según la encuesta de la DIHT, los inversores alemanes consideran necesario consolidar su presencia en los mercados de venta, para afianzar la capacidad competitiva de sus productos.
La creciente internacionalización del comercio confiere a las inversiones la calidad de promotoras de ventas. Y, al mismo tiempo, los industriales invierten directamente en el exterior para aprovechar las ventajas relativas de costos, impuestos y facilidades administrativas, explicó la DIHT.
La DIHT señaló que la importancia de las inversiones en el extranjero continuará en aumento para la economía alemana, que debe recuperar el terreno perdido en Asia ante los inversionistas de Japón, Estados Unidos y países de Europa occidental.
Corea del Sur, Taiwán y Vietnam ofrecen grandes ventajas a los industriales alemanes, debido a que esos estados asiáticos desean compensar su dependencia de los capitales japoneses.
Cuando el motivo que predomina para invertir en el exterior es la venta, los capitales alemanes otorgan preferencia a América del Norte, Europa occidental y, de forma creciente, países asiáticos, explicó la DIHT.
En caso de que el traslado de la producción sea determinado por el ahorro de costos salariales, los empresarios alemanes escogen naciones de Europa central y oriental y a algunos países de Asia.
El surgimiento de grandes zonas de libre comercio, como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte influye adicionalmente en la estrategia comercial de las empresas.
Los industriales alemanes prefieren atender las necesidades de todos los países miembros de una zona de integración desde uno o de algunos centros de producción determinados, observó la DIHT.
Brasil, y en menor medida Argentina, han sido elegidos como destino de inversiones y centros de producción para satisfacer la demanda del Mercosur. Mientras, las inversiones son reducidas en Uruguay, se indicó en el informe.
No obstante, Heinrich Lieser, experto de la DIHT en América Latina, cree que no se producirá una caída importante de inversiones alemanas en Uruguay y Paraguay, ya que los empresarios de esos dos países han encontrado segmentos económicos en los cuales pueden ser competitivos.
Lieser señaló que 12,9 por ciento de las exportaciones brasileñas, ubicadas en 46.500 millones de dólares, se dirigen al área del Mercosur. Mientras, Brasil, Paraguay y Uruguay adquieren 32 por ciento de las ventas de Argentina, que sumaron 20.600 millones de dólares en 1995.
Hans-Olaf Henkel, presidente de la Federación de la Industria Alemana, anunció en noviembre en Sao Paulo que la industria germana invertirá 5.733 millones de dólares hasta el 2000 en Brasil.
Lieser advirtió que Brasil pierde importancia desde 1990 como destino de los capitales alemanes, en beneficio de Europa central y oriental, aunque todavía es el primero entre los países en desarrollo en materia de inversiones germanas.
Por otro lado, la encuesta de la DIHT advirtió que las facilidades administrativas son prioritarias para los empresarios germanos al momento de decidir el traslado o ampliación de su producción a otro país.
Respecto de América Central, el informe destacó que los inversionistas alemanes aguardan la firma de los correspondientes tratados de protección mutua de inversiones y la adopación de estándares internacionales de garantía de patentes y modelos de utilidad.
La privatización de empresas estatales en Europa central y oriental y en América Latina tiene para los inversores alemanes importancia muy distinta según la nación de que se trate.
Los empresarios germanos están presentes en el proceso de transformación económica de Europa central y oriental. Pero, a diferencia de inversores de otras nacionalidades, no han participado hasta ahora en las privatizaciones latinoamericanas.
La DIHT observó que las empresas germanas pierden la oportunidad de participar en la creación o modernización de infraestructuras en América Latina. Y, a manera de ejemplo, mencionó los casos de Bolivia, Ecuador y Perú.
El influyente diario Frankfurter Allgemeine Zeitung destacó que ha pasado el tiempo en que las inversiones en el extranjero eran símbolo de la capacidad industrial o comercial de Alemania. A su juicio, hoy expresan la insatisfactoria situación reinante en Alemania.
Los empresarios pretenden estar más cerca de sus mercados y minimizar los riesgos de las fluctuaciones monetarias, pero también es cierto que huyen de un mercado nacional caracterizado por el excesivo costo salarial suplementario y una exagerada reglamentación burocrática, advirtió el periódico. (FIN/IPS/rc/ff/if/96