AFRICA: Los periodistas tropiezan con un muro de silencio oficial

Periodistas de toda Africa se topan con frecuencia con un muro de silencio cuando piden información, aun la más nimia, a fuentes oficiales, sin importar si trabajan en la prensa independiente o en la perteneciente a los gobiernos, según una treintena de profesionales reunidos en esta capital.

Los funcionarios evitan aportar información tan básica como el producto interno bruto de un país con la muletilla demasiado común de "sin comentarios" e, incluso, llegan a exigir solicitudes por escrito, manifestaron los expertos.

"Las oficinas de muchos gobiernos africanos no tienen obligación legal de suministrar información o responder las preguntas de los periodistas", dijo Geoff Feltoe, profesor de leyes de la Universidad de Zimbabwe.

Profesionales de todo el continente celebraron entre los días 25 y 27 en Harare la conferencia "El derecho a saber: acceso a la información en los países africanos", organizada por la Unión de Periodistas de Zimbabwe (ZUJ) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP).

La mayoría de los asistentes a la conferencia pintaron un panorama lastimoso. La información, dijeron, es una materia prima de primera necesidad que se niega tanto a la prensa independiente como la oficial.

"Toda vía de acceso a la información del gobierno de Etiopía está cerrada para la prensa independiente", afirmó Kafale Mammo, presidente de la Asociación de Periodistas Libres de ese país africano.

Mammo dijo que los periodistas que no dependen de medios de comunicación dependientes del gobierno de su país no son invitados a las conferencias de prensa que brindan las autoridades.

Pero las limitaciones se extienden sobre los periodistas de la prensa oficial, a quienes solo se les permite la publicación de información aprobada por el gobierno, agregó.

Mammo explicó que en Etiopía rige una ley de secretos oficiales que es frecuentemente esgrimida por los funcionarios para esconder la información.

"No pasa un solo día sin que un periodista independiente no esté encarcelado", dijo Mammo, ganador del premio al coraje profesional de la FIP este año y él mismo arrestado en varias oportunidades.

Phatu Manala, vicepresidente de la ZUJ, afirmó que, si bien la situación en Zimbabwe no es tán difícil como en Etiopía, el libre acceso a la información es, aún, un sueño.

"Dieciséis años después de la independencia, los periodistas todavía tenemos que solicitar autorización al Ministerio de Información para difundir declaraciones y datos aportados por funcionarios públicos. Esto no es saludable", dijo Manala.

"Este sistema de permisos insume meses. En ese Ministerio no tienen ninguna urgencia. Niegan al pueblo el derecho a informarse", se lamentó.

El periodista atribuyó parte de la culpa a los funcionarios que "no saben" dónde está la información. "Les lleva dos horas ubicarla, cuando debería estar en la punta de sus dedos, pero algunos de esos funcionarios ocupan cargos simbólicos y no toman decisiones", agregó.

"Mientras sucedan estas cosas en Zimbabwe, será muy difícil el trabajo periodístico, porque aunque los funcionarios quieran suministrar información, no disponen de ella", sostuvo Manala.

Aidan Cheche, de Tanzania, afirmó que la situación en su país "no es tan difícil, porque el presidente Benjamin Mkapa fue periodista y comprende cómo es el trabajo".

"Obtenemos información libremente, pero eso no quiere decir que disfrutemos de 100 por ciento de libertad de prensa. No hay ningún país del mundo donde eso suceda", añadió.

El secretario general de la FIP, Aidan White, estimó que, "en este momento, más de 50 profesionales africanos están en prisión o enfrentan juicios que los llevarán a la cárcel por ejercer el periodismo".

"Hace unos pocos años, la democracia multipartidaria generaba optimismo en Africa. El movimiento democrático pudo haber liberado a la prensa. Pero este es un momento crítico, y vemos una contracción del movimiento democrático, frenado en muchos países", manifestó White.

El panorama mundial es aun más grave. "Cada año mueren asesinados sistemáticamente unos 100 periodistas, y otros cientos sufren hostigamiento, intimidación o arrestos", dijo.

"La información es la moneda de la democracia, y sin ella ninguna sociedad puede llamarse democrática. Esto no significa ignorar la seguridad nacional o la económica. Pero si el secreto es necesario, debe estar claramente definido por la ley y comprendido por todos", sostuvo White.

"Cuanto más libre sea la prensa y mayor el flujo de información de una sociedad, los ciudadanos estarán más involucrados y preparados para el desafío del desarrollo", agregó.

Feltoe, por su parte, expuso el caso de Sudáfrica, el país del continente de más reciente democratización, como ejemplar.

La constitución sudafricana garantiza el acceso a toda la información pública, lo cual, según Feltoe, es el primer paso para asegurar que fluya libremente, si bien se deben producir otras medidas complementarias.

"Además de garantías constitucionales, deben establecerse normas legales detalladas sobre los procedimientos de acceso a la información oficial", agregó el profesor de leyes.

"La legislación debería imponer a los funcionarios el deber de contestar pedidos de información en un período razonable de tiempo y fijar los casos en que, legítimamente, podrán negar los datos requeridos", añadió Feltoe.

Pero no solo los gobiernos pueden obstaculizar la carrera hacia las noticias, dijo.

"A medida que los gobiernos de Africa privatizan empresas estatales, el sector privado se vueve más y más poderosos. Si reclamamos transparencia y responsabilidad al sector público, también tenemos derecho a reclamarlo al privado", concluyó Feltoe. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/mj/ip cr hd/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe